No es xenofobia animal, es que realmente hay especies no autóctonas que cogen terreno, se imponen a la propia y ponen en peligro el ecosistema. Y eso es lo que pasa con un insecto que ha puesto en alerta a Cataluña y buena parte de Europa.
Se trata de a hormiga roja de fuego, una de las especies más invasoras, según un estudio liderado por el Instituto de Biología Evolutiva (IBE) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), cuyos investigadores han identificado 88 nidos de este insecto repartidos alrededor de cinco hectáreas cerca de la ciudad de Siracusa (Italia).
La hormiga
No es la primera vez que se observa la presencia de esta hormiga en territorio europeo. En España ya se detectaron hace tiempo ejemplares de esta Solenopsis invicta (como se llama técnicamente a la especie), pero por ahora no se ha confirmado su establecimiento en el territorio. Pero ya hay puntos que podrían ser estratégicos para ellas.
Tal y como indica el estudio publicado en la revista Current Biology, la mitad de las áreas urbanas en Europa serían aptas para su establecimiento. Entre ellas pone de ejemplo el caso de Barcelona, así como urbes donde el estilo de vida de las personas podría verse afectado por la abundancia y agresividad de la hormiga roja de fuego.
Cataluña, ideal
La capital catalana no es la única que está en el foco. Las ciudades costeras del Mediterráneo, altamente conectadas por puertos marítimos, son las más adecuadas para esta hormiga, señalan los investigadores. Esto daría pie a una rápida propagación.
Tampoco ayuda mucho el futuro. Con las predicciones del cambio climático, la situación empeoraría gravemente en un futuro no sólo en la costa catalana sino en que la mayor parte de Europa sería adecuada para la especie.
Cómo llegó
El estudio asevera que esta especie invasora podría establecerse en el 7% del continente europeo aproximadamente, de allí que los expertos hayan dado la voz de alarma. Los análisis de dirección del viento han indicado que algunas hormigas reina voladoras podrían haber llegado desde el noroeste, donde se sitúa el puerto de Siracusa, lugar fijado como puerta de entrada de esta hormiga.
Las colonias se han localizado en una zona aislada conformada por un estuario y un parque natural, por lo que el equipo ha concluido que entraron por una zona de paso con actividad humana, como el puerto comercial. Todo apunta que estos insectos podrían haber llegado de China o Estados Unidos, donde también han ganado terreno.
Cómo detectarlas
El investigador del IBE, Roger Vila, asegura que "los esfuerzos coordinados para la detección temprana y una rápida acción en la región son claves para gestionar con éxito esta nueva amenaza, antes de que se extienda de forma incontrolable". Por eso hace un llamamiento a la población europea.
“Es posible detectar estas hormigas debido a sus dolorosas picaduras y los característicos montículos de sus nidos, aunque la confirmación de un experto es esencial”, informa. En cualquier caso, ante la capacidad de dispersión de la especie invasora y la supuesta existencia de un primer punto de introducción en Europa aún desconocido, el equipo ha recomendado que el seguimiento de la hormiga roja de fuego se extienda a una escala geográfica mayor.