Laredo, una de las localidades más concurridas de la Costa de Cantabria, atrae a multitudes de visitantes a su impresionante playa durante los cálidos meses de verano. No obstante, existen muchas razones para visitarla en otoño. Y es que también ostenta el prestigioso título de Conjunto Histórico Artístico, gracias a su inmenso legado artístico y su valioso patrimonio histórico. La Puebla Vieja y el Arrabal componen su distrito monumental, creando un casco antiguo de estilo medieval que invita a la exploración. ¿Te apuntas a la aventura?
Los encantos de Laredo
El epicentro de este rico patrimonio se encuentra en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el monumento insignia de Laredo. Este templo gótico, construido entre los siglos XIII y XIV, consta de cinco naves y cabeceras de ábsides poligonales que deslumbran por su grandiosidad. En su interior, los arcos formeros agudos se apoyan en pilares fasciculados, algunos de cuyos capiteles están adornados con motivos heredados del románico.
La portada de la iglesia, obra del siglo XIV, se abre en el muro meridional y presenta arquivoltas apuntadas decoradas con puntas de diamante, junto con esculturas que siguen el sentido de las arquivoltas. Las columnas y capiteles, más típicos del tardorrománico que del gótico, añaden un toque distintivo a este edificio monumental.
La construcción de esta impresionante iglesia fue posible gracias al Fuero otorgado a Laredo por Alfonso VIII, y también a las recompensas reales obtenidas tras la conquista de ciudades andaluzas por parte de marinos laredanos, como Sevilla.
Otros atractivos de Laredo
Laredo también alberga la iglesia de San Martín, una de las dos iglesias tardorrománicas que perduran en la ciudad. Su estructura de mampostería y su tambor absidal de semicilindro coronado por canecillos son testigos de su antigüedad. Una monumental espadaña, posiblemente de origen románico, se alza sobre el muro occidental de esta iglesia.
La ermita del Espíritu Santo, de dimensiones modestas, destaca por su colección de canecillos historiados, algunos de los cuales muestran personajes y animales tallados de manera ingenua.
En cuanto a la historia de Laredo, aún se pueden contemplar fragmentos de la muralla medieval que rodeaba la Puebla Vieja, una construcción que data del siglo XIII. Entre las puertas que han sobrevivido, se destacan la Puerta de Santa María la Blanca, con una imagen de la Virgen, y la Puerta de San Lorenzo o de Bilbao.
Finalmente, no podemos pasar por alto el Laredo renacentista, una época de auge económico en el siglo XVI que dio lugar a la construcción de numerosos palacios montañeses y casas solariegas en las calles de la ciudad, enriqueciendo aún más su legado arquitectónico.
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