A unos 60 kilómetros al norte de la ciudad de Oporto, en las orillas del pintoresco río Támega, se encuentra la encantadora localidad de Amarante, en Portugal. Este hermoso pueblo se distingue por sus casas con balcones, serpenteantes senderos y los exuberantes viñedos que lo rodean, creando un paisaje verdaderamente impresionante.

Los encantos de Amarante

Amarante es un destino que combina hábilmente historia, religión, naturaleza, arte y gastronomía, lo que lo convierte en uno de los lugares ideales para pasar un fin de semana en Portugal. Además, es el lugar de nacimiento de São Gonçalo, considerado el San Valentín de Portugal, lo que atrae a numerosos solteros en busca del amor verdadero.

Este encantador rincón portugués se caracteriza por ofrecer deliciosos vinos, exquisitos quesos, carnes ahumadas y pasteles de huevo. Explorar todas las maravillas de Amarante te permite sumergirte en la identidad histórica de Portugal y descubrir monumentos de gran valor cultural.

A pesar de su tamaño modesto, Amarante ofrece una variedad de actividades interesantes para disfrutar, como paseos por sus parques, recorridos por sus calles, actividades deportivas y la oportunidad de maravillarte con sus paisajes mientras exploras su centro histórico.

Qué ver en Amarante

El centro histórico de Amarante te seducirá con su encanto y ambiente único detrás de cada fachada. Ofrece una oportunidad excepcional para explorar la rica historia de Portugal. Además, puedes deleitarte con la gastronomía local en las terrazas que ofrecen vistas al río Tâmega, creando una fusión perfecta de historia y naturaleza.

Uno de los monumentos más emblemáticos de Amarante es el Puente São Gonçalo, que se alza majestuosamente sobre el río Tâmega. Aunque su nombre se relaciona con una construcción realizada por el beato Gonçalo de Amarante en el siglo XIII, se cree que su historia se remonta a la Edad de Piedra. Durante la segunda invasión francesa en 1809, este puente fue testigo de una feroz batalla que culminó con la victoria de las tropas portuguesas contra las fuerzas de Napoleón. Hoy en día, el Puente São Gonçalo simboliza la valiente defensa de Amarante contra los franceses, conmemorada por una placa en su extremo sureste.

Amarante

Iglesias y parques

La ciudad de Amarante refleja su carácter religioso a través de la impresionante Iglesia y Convento de São Gonçalo, ubicada en el extremo del puente homónimo. Se completaron en 1620 y albergan una serie de claustros que también se pueden visitar. El interior deslumbra con un impresionante altar barroco dorado y un órgano sostenido por gigantes con cola de pescado. La tumba de Gonçalo se encuentra en una pequeña capilla. La arquitectura destaca por su pórtico lateral del Renacimiento italiano y una galería abovedada adornada con estatuas del siglo XVII de João II y otros reyes de la época. La plaza exterior ofrece terrazas con vistas a la iglesia y al puente, proporcionando un ambiente espiritual y relajante.

Nuestra última recomendación es el Parque Forestal de Amarante, plantado a partir de 1916 por iniciativa del alcalde António do Lago Cerqueira, se extiende sobre más de 5 hectáreas a lo largo del río Tâmega. Este espacio verde alberga una variada y abundante vegetación, destacando el ginkgo entre las especies vegetales. Es un símbolo emblemático de la ciudad y ofrece un lugar especial para correr, dar un paseo, hacer ejercicio y conectarse con la naturaleza mientras disfrutas de las vistas y el sonido del río. Situado en el corazón de la ciudad, el Parque Forestal de Amarante es muy popular tanto entre los residentes locales como los visitantes, especialmente durante el verano, cuando se llena de actividades recreativas, senderismo y deportes al aire libre.

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