Santoña, enclavada en la costa de Cantabria, es una villa marinera de renombre que merece una visita detallada. Conocida por sus anchoas de fama mundial, esta localidad ofrece mucho más que exquisiteces culinarias. Descubre sus tesoros naturales e históricos en este recorrido por lo que no puedes perderte en Santoña.

Los fuertes de Santoña

Uno de los aspectos más notables al visitar Santoña es la impresionante cantidad de fuertes históricos que alberga. Estos fuertes, declarados Bien de Interés Cultural en 1992, forman la mayor concentración de su tipo en España. Hoy en día, están integrados en el Parque Cultural Monte Buciero, un proyecto dedicado a la restauración del patrimonio histórico y la conservación medioambiental. Entre los más destacados se encuentran el Fuerte de San Carlos, el Fuerte de San Martín, el Fuerte del Mazo (conocido como Fuerte de Napoleón), la Batería de Galvanes y la Batería Alta de San Martín. Cada uno de ellos ofrece una perspectiva única de la historia militar de la región.

La Iglesia de Santa María del Puerto

Esta iglesia, que data del siglo XIII, es un monumento nacional declarado en 1931. Su arquitectura es un magnífico ejemplo de la transición del románico al gótico, con portadas adornadas con motivos naturales. En su interior, se encuentra el Altar Mayor con la imagen de la Virgen del Puerto, patrona de Santoña, así como una pila bautismal del siglo XIII y un destacado retablo de San Bartolomé.

Santoña

Dos faros clave: el del Pescador y el del Caballo

Construido en 1864 en la Punta del Pescador, el faro del Pescador destaca por su torre blanca que se eleva a más de 13 metros sobre el nivel del mar. Aunque anteriormente utilizaba una lámpara de aceite, en 1915 se automatizó y se convirtió en un faro eléctrico. A pesar de su inaccesibilidad, es un punto de referencia icónico en Santoña.

Por otro lado, el faro del Caballo, inaugurado en 1863, es uno de los lugares más visitados en Santoña, a pesar de estar inoperativo desde 1993 debido a actos vandálicos. Acceder a él implica ascender por una empinada escalera de casi 700 peldaños construida por los presos del Penal de El Dueso. Desde su terraza circular exterior, se pueden disfrutar de impresionantes vistas del entorno.

Los alrededores: el monte, el puerto, marismas...

El Monte Buciero, también conocido como Monte de Santoña, forma parte del Parque Cultural Monte Buciero y es el hogar de la mayor concentración de encinar cantábrico de España. Ofrece vistas panorámicas de Santoña, Laredo, la Playa de Berria, la Marisma de Santoña y el Penal de El Dueso. Además de su belleza natural, el monte alberga construcciones artificiales como la Peña del Fraile y la Punta del Caballo, así como una variedad de especies de aves marinas.

Pero si eres más de mar, debes visitar el Puerto de Santoña. Este puerto, testigo de una profunda remodelación desde el siglo XIX hasta el XXI, es uno de los puertos pesqueros más importantes de Cantabria. Se divide en dos áreas, una para embarcaciones pesqueras y otra para embarcaciones de recreo. Destacan el Mirador de las Marismas y la Plaza de Toros de Santoña, que se inauguró en 1902.

Hablando de Marismas, este parque natural compartido con Noja es un santuario para aves migratorias y una rica biodiversidad de moluscos, peces y mamíferos. Las marismas, declaradas Parque Natural en 1992, abarcan casi 6,700 hectáreas y cuentan con miradores señalizados y un Centro de Interpretación en el Puerto de Santoña.

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