Hay expresiones que son muy típicas de una lengua, pero también de un territorio en particular. Por mucho que nos empeñemos en traducirlo un inglés no tiene idea de qué le decimos al soltar from the lost to the river, nunca deducirá que eso es de perdidos al río y mucho menos qué queremos decir con ello.
No es que pase lo mismo con el catalán, aunque a veces sí. Hacer una butifarra para cualquier hispanohablante es cocinarla y no hacer un corte de mangas y así varias. Pero en esta ocasión, nos vamos a centrar en hablar de aquellas muletillas, dejes de una persona catalana que nos delatan como tal. Aquí van algunos de estos vicios.
Abrir la luz
He aquí un claro ejemplo muy parecido al de hacer una butifarra. La luz no se puede abrir, ni si quiera una bombilla, ya que es más fácil romperla. La luz, en castellano, se enciende. Es más, en algunos lugares hasta se prende. Pero abrirse, va a ser que no.
Hacer un café
Volvemos a las mismas. El café no se hace, se cultiva y recolecta y si propones hacer un café seguramente pensarán que vas a preparar tú esta bebida. Uno queda para tomar un café, para hacerlo suena raro.
A más a más
Tal vez es la más deducible de todas. A més a més no se traduce tal cual, la fórmula correcta es un “y además de” o bien “y encima”, si usas la catalanada, obviamente, te delatas como catalán.
Adaptaciones
Tovallón, enchegar, monchetas no existen. Ni en castellano, pero tampoco en catalán. Un tovalló es una servilleta, enchegar es poner en marcha y monjetes son judías, las otras tres palabras son invenciones. ¡Ah! Y almorzar existe sí, pero es la comida del mediodía, no el desayuno, como lo usan algunos catalanes.
Mezclas
Mezclar catalán y castellano ya delata de por sí. Frases como ara vengo son de las más obvias. No todo el mundo sabe que ara es ahora, pero es que además cuando uno va hacia algún sitio no viene, por tanto, lo correcto sería ahora voy.
Soltar palabras en catalán
Cuando uno tiene el idioma tan integrado, se le escapan palabras que usa mucho en su día a día. Un claro ejemplo es decir adéu o deu, para despedirse en vez del adiós. O el merci o mercès en vez de gracias.
Por último, destacar otras dos palabras: el cal o no cal, en vez de hace falta o no hace falta y el prou cuando quieres decir basta. Puede que creas que te van a entender, pero son palabras que no se parecen tanto.