Tivissa se erige sobre una colina, rodeada por huertos, bosques y montañas que conforman un escenario perfecto para un retiro natural e histórico. Este municipio, ideal para desconectar de la vida urbana, se encuentra resguardado por majestuosas montañas.
Los encantos de Tivissa
Rutas de senderismo, cuevas, un poblado ibero y hasta una villa romana. Hay muchos tesoros ocultos de este lugar. Su belleza ha llamado la atención de muchas revistas de viajes. Ha llegado a ser considerado uno de los cinco pueblos más hermosos de Cataluña.
En cuanto a Tivissa en sí mismo, su encanto se despliega a través de sus callejones estrechos y empinados, característicos de su trazado medieval. En alrededor de una hora y media, puedes explorar todo el pueblo. El coche puede quedarse en el parque Vell, situado a la entrada del pueblo.
En su pasado, Tivissa se resguardaba tras murallas construidas en 1350 por orden del conde de Prades, para prever protección en tiempos de conflicto. Aunque partes de la muralla persisten, gran parte estaba compuesta por fachadas de casas.
Para franquear las murallas, se edificaron tres puertas medievales, de las cuales solo quedan dos. Entre ellas, destaca el impresionante Portal d’Ovall, erigido en 1365. Esta majestuosa puerta se localiza en el Carrer del Portell, y una plazoleta con una cruz de granito ofrece vistas panorámicas de las montañas. En esta plaza, se encuentra otro de los lugares icónicos de Tivissa: la Casa de Cultura. Aquí se ubica el "Espai Ilercavonia", centro de interpretación de los iberos. Una oportunidad para explorar la historia ibera de Tivissa a través de artefactos del Castellet de Banyoles.
Viaje al pasado renacentista
Si algo destaca en Tivissa, son sus casonas renacentistas. Una vez pases el Portal d’Ovall, llegarás al Carrer d’Avall, donde se presentan ejemplos como Ca Magrinyá y Ca Eloi, esta última construida en 1470. Se caracteriza por su escudo nobiliario y arco de medio punto. Todas las casonas singulares de Tivissa cuentan con placas informativas que detallan sus rasgos más distintivos.
En el Carrer del Mercat, llegarás a una plaza del mismo nombre, un punto de encuentro para comerciantes y juicios públicos en el pasado. Aquí destaca Ca L’Hostal, un edificio renacentista catalán de cuatro plantas construido en 1587. Unos pasos más allá, encuentras otro edificio singular: Ca Rei.
El Carrer Mal Pass, una calle serpenteante, empinada y llena de escalones, conduce a la Plaza de la Baranova, el mirador perfecto para contemplar la Sierra d’la Greu y la Serra d’Almos. Aquí te toparás con la iglesia de Tivissa, erigida en el siglo XIII y marcando una etapa del Camino de Santiago del Ebro.
Esta iglesia está dividida en tres partes construidas en distintas épocas: la iglesia antigua, la capilla del Rosario y la iglesia nueva. Un cartel señala la presencia del camino de Sirga, una vía fluvial utilizada desde la época de los cartagineses para transportar mercancías.
Alrededores de Tivissa: iberos y romanos
Más allá del pueblo, destaca el asentamiento ibero de Castellet de Banyoles. También te esperan otros sitios cautivadores cerca de Tivissa como las pinturas rupestres. Tienes la oportunidad de explorar la historia prehistórica en cuevas como las de Ramat, Cingle y Pi. Ojo estas cuevas no se pueden explorar, pero tienes réplicas en su exterior que cuentan la historia.
Tambien te recomendamos visitar Castellet de Banyoles. Este asentamiento ibero, a 6 km de Tivissa, se alza en un punto estratégico para controlar el comercio a lo largo del río Ebro. En Tivissa también se establecieron más tarde los romanos, aquí dejaron la villa de la Aumedina. Es la última visita obligatoria que te recomendamos hacer antes de abandonar Tivissa.