¿Planeas ir de veraneo por Cantabria este agosto? Buena elección: esta región del norte de España ofrece innumerables encantos. El problema es que tienes mucho por donde escoger y seguramente poco tiempo. Si lo que buscas es visitar una playa totalmente diferente a las demás, déjanos explicarte las delicias de la playa de La Arnía.
La riqueza natural de la playa de La Arnía
La magnitud de este lugar llama la atención de inmediato. La arena ocre se fusiona armoniosamente con las aguas profundas y azules, mientras que formaciones rocosas curiosas, con millones de años de existencia, completan la escena. Entre estas formaciones, se crean piscinas naturales que invitan a disfrutar de un baño relajante.
La playa de La Arnía está enclavada en la costa que rodea Santander, precisamente en Liencres, un rincón bajo la jurisdicción de Piélagos. A pesar de su proximidad a la capital, irradia un aire de virginidad y aislamiento. No obstante, un aparcamiento cercano facilita su acceso. Desde este punto, solo debemos recorrer un último trecho a pie, una pendiente algo empinada que nos lleva a la arena.
Un paisaje único y cómo llegar
Esta área posee un valor natural excepcional debido a sus impresionantes paisajes geológicos. Es precisamente esta plataforma la que confiere a la playa su aspecto distintivo, como si un inmenso rastrillo hubiera surcado la roca, formando surcos. Entre estas hendiduras, las mareas y las olas depositan el agua, creando auténticas piscinas naturales.
Continuando a la derecha del sorprendente paisaje geológico, nos dirigimos a la propia playa. Con 220 metros de longitud, esta dispone de arena fina y dorada. La rodean acantilados elevados que realzan su ambiente agreste y aislado. En resumen, se trata de un espacio mágico para desconectar y sumergirse en las aguas del Cantábrico.
Tras este baño revitalizante, podemos concluir la jornada deleitándonos con la exquisita gastronomía local en el restaurante El Cazurro, ubicado junto al aparcamiento. Y si extendemos nuestra estancia hasta el atardecer, la vista de los últimos rayos de sol desvaneciéndose entre las rocas, el mar y las piscinas naturales resulta absolutamente impresionante.
En cuanto a cómo llegar a la playa, el recorrido desde la ciudad de Santander se completa en tan solo 20 minutos en automóvil por la carretera CA-231.