Sin lugar a dudas, cada tipo de yogur tiene sus características únicas que no se encuentran en el resto de yogures. Aunque todos puedan parecer iguales, especialmente cuando los observas desde sus estanterías en supermercados de Cataluña, cada uno tiene su intríngulis. Incluso el kéfir, que comúnmente se clasifica como un yogur debido a sus características y propiedades, en realidad proviene de un proceso de doble fermentación.
Por ejemplo, algunos yogures se diferencian del resto porque exhiben altos contenidos de azúcar, un componente que, en exceso y tomado con demasiada regularidad, puede tener consecuencias negativas para la salud. ¿Ejemplos? Por desgracia, muchos: aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sobrepeso, obesidad, hipertensión, diabetes... e incluso llegar al cáncer.
¿Cuáles son los yogures de supermercado que benefician tu salud?
Si debemos destacar los dos tipos de yogures más sanos y adecuados para ayudarte, nos decantamos por el yogur natural entero sin azúcar y el yogur griego. Es importante considerar que la gran mayoría de los yogures en los supermercados exceden los límites recomendados de azúcar, los cuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), deberían ser limitados a un máximo de 25 gramos diarios. No obstante, en la realidad de las tiendas, esta directriz parece no ser seguida rigurosamente.
Un estudio llevado a cabo en 2018 por la revista BJM Open reveló que muchos de estos productos lácteos comercializados en supermercados británicos superaban los niveles de azúcar recomendados. Lo mismo ocurre con Cataluña, España...
En el caso de los yogures griegos, de los favoritos en la redacción de Crónica Directo, también presentan beneficios adicionales que vale la pena destacar. A pesar de contener un poco más de nata que el yogur natural, lo que confiere su textura densa, este tipo de yogur ofrece un efecto saciante y una calidad de materia grasa adecuada. Eso sí: te recomendamos los yogures griegos naturales sin edulcorantes añadidos, ya que esta propiedad saciante permite controlar las porciones consumidas. Solo comerás para saciar el hambre en lugar de sobrepasarte.
¿Y qué ocurre con el resto de yogures? ¿Son sanos?
En el caso de los yogures desnatados o con 0% de materia grasa, es crucial prestar atención al contenido de azúcar. Frecuentemente, se añade azúcar para compensar la falta de sabor debido a la ausencia de nata. Aunque los edulcorantes no sean tan perjudiciales a corto plazo como el azúcar, es recomendable evitarlos. En primer lugar, no aportan valor nutricional y, en segundo lugar, fomentan la preferencia por el sabor dulce. Con el tiempo, pueden perturbar la microbiota.
En el caso de los yogures de sabores, si la lista de ingredientes es extensa e incluye azúcares, saborizantes, aromatizantes y edulcorantes, dichos yogures pasan a ser productos procesados y deben consumirse ocasionalmente e incluso evitarse del todo. Es preferible comprar yogur natural y, en casa, agregar los ingredientes que te apetezcan de forma moderada como azúcar, miel, sacarina, trozos de fruta, frutos secos molidos, pasas, canela, etc.