La gastronomía de cada país se manifiesta no solo en lo que se merienda, se come o se cena, sino también en lo que desayuna. Aunque muchos asumen que esta primera comida del día es internacional y que, en todos lados, se reduce a una taza de café con tostadas o galletas. Pero no es así. Por ejemplo, en Cataluña en ocasiones nos gusta darnos un buen desayuno opíparo en donde en lugar de mojar una galletita en el café, mojamos un señor churro.

Hay que tener cuidado con esos desayunos “generosos” que nos damos con más frecuencia de lo que confesamos socialmente. Estos desayunos suelen contener un exceso de azúcar de mesa y carnes procesadas, ingredientes que hoy en día sabemos que pueden causar daños a nuestra salud.  Por lo tanto, es recomendable dejar los desayunos excesivos para ocasiones muy especiales y, en su lugar, incorporar cereales integrales, frutas o frutos secos e incluso legumbres, como el hummus para untar en una tostada integral.

A continuación, se destacan tres desayunos que se piden típicamente en bares o granjas de Cataluña que, si se consumen con demasiada frecuencia, pueden afectar la salud y acortar nuestra vida. En ocasiones especiales son todo un deleite, cierto, pero justo ahora sabrás por qué no hay que abusar de ellos.

Tres desayunos que solemos pedir en bares y que es mejor evitar

  1. Churros: Quienes disfrutan de desayunar en el bar probablemente se sientan tentados a mojar churros en su café. O, en un fin de semana, a darse un buen capricho yendo al mercado a comprar una bolsa repleta de churros azucarados. Sin embargo, ceder al encanto de estos dulces tan crujientes puede implicar un mayor riesgo de obesidad y enfermedades asociadas. Estos productos están hechos de harinas refinadas que absorben gran cantidad de grasas durante la fritura en aceite hirviendo. Además, suelen espolvorearse con azúcar, lo que eleva la glucosa en sangre y favorece el sobrepeso.

  2. Bollería: Camina un poco por las calles de Barcelona, por decir una ciudad de Cataluña, y no tardarás en dar con algún local con bollería a precio casi regalado. Estas delicias comparten ingredientes comunes como harinas refinadas, azúcar, mantequilla o aceite, y huevo, lo que da como resultado un alto contenido calórico sin aportar nutrientes significativos. Tanto la bollería industrial como la casera pueden elevar el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 debido a su alto índice glucémico y contenido excesivo de azúcares.

  3. Embutido: Butifarra, fuet, bull... Los embutidos son un clásico en la dieta catalana y, en ocasiones, forman parte de los desayunos, sobre todo servidos en generosos bocadillos. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo excesivo de carne procesada está asociado con un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Por tanto, es aconsejable disfrutar de este manjar en ocasiones especiales y no incluirlo en el desayuno diario.

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