Extinguirse una vez debe ser terrible (por ahora nadie del equipo de Crónica Directo ha experimentado algo semejante). Pero, ¿te imaginas extinguirte dos veces con una posible tercera en ciernes? Hoy te queremos hablar del bucardo de los Pirineos (Capra pyrenaica pyrenaica). Se trata de una subespecie de cabra montés que fue común en la cordillera de los Pirineos, en el norte de Cataluña, País Vasco, Navarra o el norte de Aragón. Su historia es apasionante porque primero se esfumó de la faz de la Tierra, luego fue clonado, se extinguió una segunda vez y, a finales de 2022, se avistó un nuevo ejemplar que ha dado a entender que la especie se mantiene, como una Ave Fénix moderna.
Vayamos por partes. En su momento el bucardo fue un animal insignia de la Península Ibérica, pero sus enormes y curvados cuernos tristemente le convirtieron en objetivo de caza. En la segunda mitad del siglo XX era muy habitual encontrarte con la cabeza de un pobre bucardo como trofeo de caza en la pared de algún furtivo.
La caza dio paso, evidentemente, a la reducción de ejemplares. En situaciones así, se dan casos de consanguinidad de los últimos ejemplares, lo que provoca una aceleración de su final como especie. Fue lo que ocurrió con los bucardo.
Aunque en la década de los 80 se intentaron poner medidas para evitar su extinción (incluyendo forzar la migración de algunos ejemplares a los pirineos franceses), a finales de los 90 solo quedo un bucardo. O, mejor dicho, una bucardo: Celia. La última bucarda fue hallada en enero del 2000 en el parque nacional de Ordesa. En concreto, encontraron su cadáver sepultado en un árbol. Y ahora es cuando la historia se convierte un poco en la versión ibérica de Jurassic Park.
El veterinario Alberto Fernández-Arias logró tomar una muestra de las células de Celia, en concreto de su oreja, sangre y costado. Un grupo de científicos, liderados por José Folsh, logró clonar a Celia, emulando el gran hito que se había conseguido años antes con la oveja Dolly.
Después de años de trabajo arduo, el 30 de julio de 2003 nace en Zaragoza una cría de bucardo clonada. Una pequeña Celia. Desgraciadamente, solo vivió unos minutos. Una afección pulmonar le impidió respirar y acabó muriendo ahogada. De ahí que se diga, con cierto humor negro, que el bucardo es el único animal que ha llegado a extinguirse dos veces.
¡Pero atención porque nuestra historia tiene un giro narrativo que nos lleva a un posible final feliz! A finales de 2022, concretamente en noviembre, fue avistado un nuevo ejemplar de bucardo, precisamente en el Parque Nacional de Ordesa. Concretamente, se la avisó en las laderas del pico de Mondarruego, en la zona norte del valle de Broto, tal y como apuntó en su momento ElDiario.es.
Aquí puedes ver el vídeo del avistamiento, a cargo del Organismo Autónomo de Parques Nacionales. "Parece un macho joven que podría venir de los Pirineos franceses", dice el tuit, "donde hace años se realizaron sueltas para recuperar la especie tras su desaparición".
En el momento de la redacción de esta noticia no se ha acabado de confirmar si realmente se ha producido una "tercera resurrección" del bucardo en tierras españolas o bien de una migración temporal de los ejemplares procedentes de las repoblaciones en los Pirineos franceses. Lo que sí que aun podemos encontrar por Aragón son cajas trampas e infraestructuras relacionadas con los intentos de volver a encontrar en bucardo. ¿Regresará definitivamente?