Como queda patente, si uno viaja por la costa catalana, sabe que hay una serie de playas cuyas aguas son tan cristalinas que practicar snorkel o submarinismo es casi inevitable. Aunque hay una zona que destaca por encima de la otra, la Costa Brava.
Sus calas visibles en el largo recorrido del camí de ronda (o desde los barcos), son una invitación a sumergirse en el mar y explorar su flora y fauna. Obviamente, se ha de ir bien equipado e ir con precaución, sólo así se puede disfrutar del fondo marino catalán.
Rutas
Hasta hace poco, en el portal Vies Braves, uno podía consultar unos itinerarios propuestos para disfrutar, del senderismo, la natación y el snorkel. Había puntos de la costa central, pero las más destacadas estaban en el litoral de Girona.
Seguro que en el siguiente listado no están todas las que son, pero sí son las que los expertos en esto del snorkel y submarinismo consideran que son sus favoritas.
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Cala Jugadora. De esta ya se ha hablado en este diario. Apartada del mundanal ruido, en medio del parque nacional del Cap de Creus está esta playa cuya geografía la protege de las olas del Mediterráneo.
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Illa Mateua. Indispensable para los exploradores. Esta cala de L’Escala oculta bajo sus aguas el barco hundido Constantin.
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Cueva de la sal. Un clásico, pero al que sólo se puede llegar a nado (muy difícil) o en barco (la forma recomendada) o kayak. También en L’Escala, esta gruta de 20 metros de ancho y 25 de altura, promete aguas transparentes y limpias.
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Cueva del infierno. Para seguir con esto de los rincones especiales, este cuyo nombre se debe, que nadie se asuste, a sus colores rojizos. Pero esta vez, sí se puede acceder a pie.
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Cala del Senyor Ramon. Dice una canción catalana que este hombre asusta a las criadas, pero las aguas de esta playa atraen a cualquiera. Tras una caminata larga caminata, escondida entre Tossa y Sant Feliu de Guíxols, se encuentra esta estrecha playa de arena con aguas turquesas.
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Cala de Les Roques Planes. La blancura de las piedras que componen esta particular playa contrasta con el azul de sus aguas y hace casi obligatoria a sumergirse y mirar con detenimiento aquello que esconde. Se encuentra entre Platja d’Aro y Sant Antoni de Calonge.
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Cala Tavallera. Por último, destacar una de esas playas que es mejor llegar desde el agua que a pie, ya que son dos horas andando si se sale del Port de la Selva. Eso sí, el encuentro con estas aguas y la vida que hay en ellas merecen la pena.