Verano es sinónimo de playa. Al menos, para muchos. Pasar un tiempo tomando el sol, bajo la sombrilla, haciendo paddle surf y disfrutando del mar, es un planazo. Y si a eso se le añade un buen chiringuito, el placer se eleva al máximo.

La cultura de chiringuito es algo propio de este país. Se cuentan por centenares los que hay por toda la costa. Los hay de todo tipo y para todos los gustos. Unos más nocturnos, otros con comida gourmet, algunos a pie de playa, sobre la arena...

La lista 

Enumerar la variedad podría ser cansado para el lector. Por eso es mejor acudir a una selección de los mejores chiringuitos. Poner un orden es difícil, en todo caso, los que a continuación se citan destacan por encima del resto.

La prestigiosa revista Tapas ha elaborado un ránking con los 25 chiringuitos para disfrutar de un buen ambiente y una mejor comida y, entre ellos, hay dos catalanes.

Costa central

Uno de ellos es muy conocido para los que frecuentan la costa central. Se trata de El Vivero de Sitges (Barcelona) situada en cerca del cementerio, un lugar elevado que ofrece una impresionante panorámica de la ciudad.

Este local se distingue del resto porque no está del todo en la arena. Se sitúa justo entre dos de las calas más tranquilas de Sitges, la de Balmins y San Sebastián. Ideal también para gozar de vistas a la icónica iglesia del municipio.

Terraza de El Vivero de Sitges GOOGLE

Plato estrella 

Los amantes de la paella tienen garantizado en El Vivero que van a disfrutar de una comida de proximidad y de calidad. Uno de los platos estrellas es la Paella del Senyoret, que tiene todos los mariscos pelados para que el comensal no tenga ni que ensuciarse las manos. Un manjar que lleva en la carta desde hace 50 años.

Aunque sea un plato tradicional, El Vivero va al son de los tiempos y se ha abierto a la fusión. Un claro ejemplo está en la elaboración del atún Blue Finn. Los amantes del pescado lo pueden degustar en diferentes formatos en tartar, sashimi, solomillo o tataki.

Relax 

Tampoco faltan las carnes, ensaladas y tapas. Todo ello con la garantía de que buena parte de sus ingredientes son de kilómetro cero. Porque la comida no está reñida con la sostenibilidad.

Pero si uno prefiere no comer tanto, también se puede acercar a tomar algún cóctel, vino o cerveza y relajarse en algunas de sus camas lounge, gozar de las vistas y dejarse llevar. Además, cada tanto, hay música en directo.

Costa Brava 

Este no es el único chiringuito que aparece en la lista. Obviamente, en la Costa Brava también hay muchos y de gran calidad. De entre estos, destaca uno emplazada en medio de un hotel exclusivo.

El Cap Sa Sal no sólo es el nombre de un cabo y de una cala situada en Begur, también da nombre a un hotel de diez únicas y lujosas habitaciones y al restaurante que hay en él. Eso sin contar con las villas y apartamentos de los que dispone.

Terraza de El Vivero de Sitges RESTAURANTE CAP SA SAL

Comida tradicional y fusión 

En cualquier caso, su terraza, tan próxima al mar, hacen que muchos consideren a este restaurante como un chiringuito. Claro que tiene un nivel como pocos. Sus platos, también.

El arroz negro al estilo de los pescadores es de una exquisitez pocas veces vistas. De entrantes tiene unas bravas que mezclan el alioli catalán con el chipotle mejicano que harán las delicias de los amantes del picante y la cocina. Pero es que, además, no olvidan los platos típicos de la zona como la llesca de anchoas de la Escala.

Entorno 

Muchos pueden pensar que poco más se le puede pedir a un chiringuito como este. Pero es que ofrece más. Y no nos referimos solo a su amplia carta de pescados, mariscos y pasteles.

El emplazamiento del Cap Sa Sal es único. Si puede impresionar la proximidad de la terraza a la cala, echar un vistazo general al entorno es contagiarse de la tranquilidad que desprenden unos pinos centenarios que impregnan el ambiente de olor a sal y verde. No en vano, se encuentra entre los mejores.