Escándalo en Países Bajos: al menos diez ginecólogos han utilizado su propio semen sin conocimiento de las mujeres que querían quedarse embarazadas en clínicas de fertilidad entre la década de 1970 y la de 1990.
Uno de los últimos casos lo protagoniza Jos Beek, médico especialista en fertilidad, que engendró al menos 41 hijos con su semen sin permiso de las madres, según el hospital Alrijne (Leiden). El centro sanitario explicó que Fiom, una organización especializada en cuestiones de paternidad, se le “acercó en junio de 2021 en nombre de 21 niños que buscaban a su padre y se estableció mediante test de ADN que tienen el mismo progenitor”. Se trata de Beek, fallecido en 2019.
Hasta 81 hijos
Además, se descubrió que este ginecólogo tenía una condición hereditaria rara en la que el portador del gen no está en riesgo de contraer la enfermedad, pero la salud del niño sí podría complicarse si ambos padres lo portan. Esta casualidad se dio con una mujer con la que Beek usó su esperma: tuvo dos niños que murieron antes de cumplir un año de vida. El resto de hijos de Beek reciben ayuda de un especialista en genética.
Pero hay más casos que han salido a la luz. La fundación Donorkind --que ayuda a niños nacidos por donación de esperma a encontrar a su padre-- ha localizado estos últimos cinco años a diez médicos especialistas en fertilidad que usaron su esperma sin conocimiento ni permiso de los padres. Jan Karbaat es uno de ellos y están confirmados 81 hijos; así como Jan Wildschut, que engendró al menos a 47.
Irregularidades frecuentes en el pasado
Estas irregularidades eran frecuentes en la segunda mitad del siglo pasado, pero desde 2014, todos los datos relacionados con la inseminación artificial deben quedar registrados y ponerse a disposición de los hijos que los soliciten. La fundación ayudó a mantener en el anonimato la mayoría de los casos, pero otros han llegado a los titulares de los medios neerlandeses, para escándalo de las clínicas donde han trabajado. Además de los médicos, se han encontrado hasta 200 hombres que, juntos, engendraron a “miles” de niños en Países Bajos.
Esther de Lau, de la fundación Donorkind, explicó al portal NU que la publicidad recibida en algunos casos tiene un lado negativo. Por eso, optaron por mantener el anonimato para permitir a los “niños” mantener el control de la situación y decidir si quieren tener contacto con el hombre en cuestión, con sus hermanastros o miembros de la familia del padre biológico. “Como hijo de un donante, no quieres que todo el mundo tenga una opinión sobre tu padre donante. Porque eres quien tiene que relacionarse con esa persona. Ser el hijo del médico es una desventaja adicional”.
Aumento de las solicitudes de información
Por su parte, la organización que recopila datos de donantes de inseminación artificial, SDKB, ha notado un incremento de hijos de donantes que solicitan información sobre su padre biológico. Unas 1.415 personas han querido saber algún tipo de información en 2021, un 30% más que el año anterior y el dato más alto en la última década.
En marzo y diciembre del año pasado hubo el nivel más alto de solicitudes, coincidiendo con la emisión de una serie documental sobre Karbaat y otro programa sobre genética.