La doctora Shanna Swan, profesora de Medicina ambiental y Salud pública en la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí (Nueva York), manda un contundente mensaje a la población: la contaminación reduce la calidad del esperma y el tamaño del pene.
Así lo asegura la en su libro The count down, La cuenta atrás, en español. En este tratado publica su último estudio, una investigación que analiza la relación entre la polución y la longitud del miembro viril.
La absorción de químicos a través del utero y el síndrome de Ftalato
De hecho, la tesis de esta publicación trata sobre cómo el mundo moderno está amenazando el conteo de espermatozoides, al tiempo que cada vez nacen bebés con el pene más pequeño. Una realidad, que recibe el nombre científico de síndrome de Ftalato, y que se da cuando se produce la absorción de químicos diftalatos a través del útero de la madre.
De hecho, la investigadora señala que, además de este problema, si no se disminuye la exposición continúa a los agentes contaminantes, a corto plazo se reportara una tasa mayor de casos de disfunción eréctil y una disminución del lívido, incluso entre los jóvenes. En esta línea, afirma que, para 2050, muchas parejas deberán recurrir a la ciencia y a las técnicas de reproducción asistida para engendrar un bebé.
La raza humana está en peligro
Para la elaboración de su estudio, Swan, junto a su equipo de investigadores, ha llevado a cabo un muestreo en el que han participado cerca de 45.000 hombres sanos de diferentes generaciones. Los resultados han revelado que la cantidad de espermatozoides en condiciones óptimas para la fecundación se ha reducido en un 59% entre 1973 y 2011.
Es por todo ello que la investigadora asevera que la especie está bajo amenaza al existir una alteración del desarrollo reproductivo masculino y femenino, un hecho que pone en peligro el futuro de la raza humana.