El primer caso de infección de la viruela del mono en un entorno intrahospitalario fuera de África ha hecho que todo lo que se sabía sobre la enfermedad y cómo enfrentarla diera un vuelco.

El doctor Nick Price, del Guy's & St Thomas' NHS Foundation Trust de Londres, autor de un estudio publicado en The Lancet Infectious Diseases realizó la primera investigación del caso con pacientes que contrajeron el virus en el Reino Unido desde 2018 hasta 2021 y hay un caso que destaca sobre los otros, el de una enfermera local que se infectó mientras trataba a un paciente contagiado.

Síntomas

La profesional apenas presentaba síntomas. No tenía fiebre, dolor de cabeza ni dolores de musculares, ni siquiera se le hincharon los ganglios. Lo que sí vio es cómo le aparecieron 32 pústulas en la cara, el torso, los labios mayores de la vulva y la mano, de hecho, una de ellas le hizo saltar la uña de un pulgar.

La enfermera se supone que estaba inmunizada. Recibió la vacuna contra la viruela seis días antes de atender al paciente que regresaba de Nigeria. Se contagió igual y se aplicó el antiviral brincidofovir le provocó una fuerte reacción en el hígado y lo detuvieron.

Carga viral

Lo más sorprendente es la resistencia de la carga viral en su organismo. 30 días después de que se le detectara el virus aún era detectable en su ADN, incluso había restos del mismo en las vías respiratorias hasta el día 41. 

"Durante los brotes anteriores de viruela del mono, se consideraba que los pacientes eran infecciosos hasta que todas las lesiones formaban una costra", recuerda la investigación. En los siete casos del estudio, "se observó la excreción del virus durante al menos tres semanas después de la infección". En cambio, en tres de ellos, perduraba pasado los 21 días.

Erupción en la piel / EP

Tratamientos

Esto pone en cuestión lo que se sabía hasta ahora. “La infectividad de los pacientes con tests positivos y lesiones cutáneas con costra aún se desconoce”, detallan los responsables del estudio. En todo caso, advierten de que "los datos sobre la infectividad siguen siendo limitados". Aun así detallan que "es un área importante para futuros estudios".

Sobre los tratamientos de estos casos, los tres primeros pacientes fueron tratados con brincidofovir siete días después de la aparición de la erupción. No se observó que el antiviral  tuviera ningún beneficio clínico convincente en el tratamiento de la viruela del mono y se observaron alteraciones en los análisis de sangre del hígado. 

Casos estudiados

Los investigadores señalan que no se sabe si la administración de brincidofovir en una fase más temprana de la enfermedad o con una pauta de dosificación diferente habría producido resultados clínicos diferentes. A pesar de ello, los tres pacientes, más el cuarto paciente de transmisión hospitalaria, se recuperaron completamente.

En 2021 se notificaron otros tres casos de viruela del mono en el Reino Unido en una familia que viajaba desde Nigeria, siendo dos de estos casos los primeros ejemplos de transmisión doméstica fuera de África. Uno de estos casos se produjo en un niño, que fue observado cuidadosamente debido a la asociación de una mayor probabilidad de mortalidad por viruela del mono en los niños. Afortunadamente, este individuo experimentó una enfermedad leve y se recuperó completamente.

Conclusiones

Uno de los 2021 pacientes del Reino Unido fue tratado con tecovirimat y experimentó una duración más corta de los síntomas y de la excreción viral del tracto respiratorio superior que los otros casos de este grupo. Sin embargo, los autores señalan que no se pueden extraer conclusiones sobre la eficacia de los antivirales contra la viruela del mono en una cohorte tan pequeña, y piden que se sigan investigando los antivirales para tratar esta enfermedad tropical desatendida.

Todos los pacientes experimentaron una sintomatología leve y fueron tratados en un entorno hospitalario por motivos de control de la infección y no debido a la gravedad de la misma. Ningún paciente experimentó las complicaciones graves comúnmente reconocidas de la viruela del mono, como la neumonía o la sepsis; sin embargo, un paciente experimentó una recaída leve seis semanas después del alta hospitalaria, y otro paciente desarrolló un absceso tisular profundo que requirió drenaje. También se observó que los pacientes experimentaban un estado de ánimo bajo, probablemente derivado del aislamiento.