Consejos para parecer un profesional del esquí sin serlo

Con la llegada de los primeros copos de nieve se da el pistoletazo de salida para los deportes de invierno sobre este manto blanco, como es el caso del snowboard o del esquí. Una manera perfecta de divertirse y hacer algo de ejercicio al mismo tiempo que se contempla en cada bajada las impresionantes vistas desde las montañas en las que se practica.

Como cualquier otra disciplina deportiva, esquiar tiene sus trucos y técnicas para poder dominarla a la perfección. Sin embargo, mientras tanto se puede echar mano de una serie de consejos y recomendaciones de lo más prácticas para deslizarse por una ladera helada como si de un profesional se tratase. 

Imagen de una pista en una estación de esquí con un esquiador / Quenten Janssen en UNSPLASH

Primero, el equipo adecuado

De la misma manera que uno no empezaría a practicar surf, por ejemplo, sin el equipo adecuado, en el caso de este deporte sobre nieve ocurre lo mismo. Lo primero antes de lanzarse a la pista es hacerse con el material imprescindible. Cuando se es novato no es necesario comprarse toda la equipación; no resulta muy económica y puede que al final eso de esquiar no guste tanto y acabe toda la ropa en el fondo de un armario.

Lo mejor al principio es alquilarlo en las tiendas que hay en las mismas estaciones de esquí y dejarse guiar por los profesionales para dar con la talla perfecta con la que uno se sienta cómodo; especialmente en el caso de las botas, los esquíes y los bastones para que se ajusten a cada persona. Y un consejo importante, incluso aunque el día esté nublado nunca hay que olvidar unas buenas gafas de sol y echarse crema protectora por toda la cara. 

Mejor con un instructor

Con todo listo y cuando uno es principiante, lo primero es seguir las instrucciones de un monitor para aprender poco a poco la técnica. No es nada complicado ya que solo es necesario mucha práctica; que incluirá como es lógico alguna que otra caída o resbalón sin importancia. Es el peaje a pagar para parecer todo un profesional sin serlo. 

Este mismo experto será el que ofrezca las indicaciones oportunas para conseguir una buena técnica en relación a cómo colocar el cuerpo, las piernas y las rodillas, cómo ayudarse de los bastones o cómo frenar cuando uno quiera. Eso sí, antes de nada no sería mala idea calentar un poco para que los músculos no se enfrenten a ese esfuerzo a la primera de cambio. En este caso es importante ejercitar sobre todo las rodillas ya que es una parte del cuerpo que se resiente mucho cuando se está esquiando, o aprendiendo a esquiar. 

El necesario descanso

El esquí requiere de práctica y constancia por lo que uno no puede pretender ser todo un profesional bajando montaña abajo el primer día... ni el segundo. Así pues, tan importante es repetir los movimientos y bajadas varias veces para ir aprendiendo y cogiendo confianza como saber parar cuando el cuerpo está cansado y no puede más. De lo contrario y si una persona inexperta está muy cansada puede que aparezca cualquier lesión o accidente al poner en peligro a otros esquiadores. 

Este descanso vendrá muy bien, además, para hidratarse y comer algo para reponer todas las energías gastadas en este esfuerzo. Además de agua, también se puede echar mano de bebidas energéticas, así como de alimentos que den ese plus de "gasolina" para el cuerpo como pueden ser chocolate, plátanos o frutos secos. Con el estómago satisfecho y si ya se van a dejar los esquíes aparcados por el resto del día, es importante terminar con una buena sesión de estiramientos para prevenir posibles lesiones. 

Las normas, ante todo

Tanto si se es un profesional como si uno está dando sus primeros pasos en este deporte de invierno nunca se deben olvidar unas necesarias normas de seguridad en la pista. Por ejemplo, en el caso de los novatos es esencial que primero practiquen en las pistas para principiantes antes de lanzarse a "conquistar" metas más altas y poner en peligro o perjudicar tanto a uno mismo como al resto de personas. En este sentido, hay que controlar en todo momento que la velocidad sea adecuada y que se circula por una ruta segura.

Antes de salir o entrar a una pista conviene mirar arriba o abajo por si justo en ese momento pasa otra persona esquiando, se debe respetar en todo momento la señalización y balización de la pista, conviene no pararse en mitad de la misma y cuando se haga un adelantamiento este se hará con el espacio suficiente para permitir a otro esquiador moverse sin peligro. Por último, en caso de accidente lo primero de todo es brindar ayuda y avisar al personal de la estación de esquí.