Tétrico entierro el que se ha vivido en las calles de la localidad de Portoviejo, en Ecuador. El domingo 28 de noviembre Erick Cedeño Méndez, un joven de 21 años, fallecía asesinado cuando iba al velatorio de otro amigo.

Dos días más tarde, su cuerpo debía ser enterrado. Aunque se preveía una ceremonia normal, sus compañeros sacaron el cadáver del ataúdlo subieron a una moto y lo pasearon por la calle a vista de todo el mundo: fue su último viaje.

 

Los amigos del difunto sacan su cadáver del ataúd para pasearlo en moto /REDES

El último viaje

Y es que por si fuera poco, los allegados del fallecido también rociaron los restos de Cedeño con bebidas espirituosas. Un ritual que ha desatado una oleada de críticas por haber profanado el cadáver y por como lo manipulaban.

Al parecer, según medios ecuatorianos, el malogrado hacía un mes que había salido de prisión y tenía antecedentes por tráfico de drogas. Por su parte, las autoridades aseguran que no pueden iniciar una investigación porque el funeral se trata de un acto privado.

Autorización familiar

Además, revelan que ningún familiar ha denunciado los hechos, principal motivo por el cual no se han reportado detenciones. Si bien, los autores de esta macabra acción sí que han sido interrogados por los agentes.

Preguntados por lo ocurrido, todos ellos han confesado que contaban con permiso de la familia para llevar a cabo esta excéntrica despedida. No obstante, por el momento, no se descarta que se presente una acusación en su contra.