Sara Bravo se ha convertido en todo un símbolo al convertirse en la sanitaria más joven de España que ha muerto por coronavirus. Esta zamorana perdía la vida la noche del 28 de marzo de 2020, víctima de la Covid-19, a los 28 años de edad, tras haberse contagiado mientras realizaba prácticas como médico en el Centro de Salud de Mota del Cuervo, en Cuenca.
La joven, oriunda de Santa Cristina de Polvorosa (Zamora), fue homenajeada el mes pasado por el propio consistorio del municipio. El equipo de gobierno ha decidido poner su nombre a una parte del nuevo parque urbano y está previsto que en las pocas semanas, se levanté una estatua en su honor y se instalé una placa conmemorativa.
La acusación al Gobierno
Sin embargo, no hay consuelo para su madre. En una desgarradora entrevista a El Mundo, Teresa López acusa al gobierno de Pedro Sánchez de no proteger ni informar a los profesionales del sector. Una polémica acusación que llega tan solo 24 horas después que la vicepresidenta Yolanda Díaz haya reconocido que tenía una guía de prevención para evitar el impacto de la pandemia, días antes del 8 de marzo del 2020.
Si bien López reconoce que está rota de dolor desde que la Covid-19 le arrebató, aunque desvela los motivos por los que su hija decidió estudiar Medicina. "Quiso ser médico y nada le impidió serlo", asegura.
Una historia de superación
De hecho, su historia de superación sigue emocionando todavía hoy a su familia al recordarla. Y es que el primer revés de la vida de Bravo llegó muy pronto: su padre la abandonó. Sara por aquel entonces era pequeña, cuando su progenitor se fue de casa y la dejó sola junto a su madre y a su hermano mayor con parálisis cerebral.
Una experiencia que le marcaría a una edad muy temprana y que hizo florecer su vocación que se reforzó con el paso de los años. Con el paso del tiempo, la joven logró llegar a la Universidad de Valladolid y terminar sus estudios, pese a haberse quedado, incluso, sin beca,