El pensamiento es mucho más complejo de lo que se puede llegar a imaginar. Aunque una persona sienta que tiene el control total sobre lo que pasa por su cabeza, no siempre es así. Y no siempre se piensa de una manera correcta. "No podemos creernos todo lo que pensamos. La gente tiene que tomar conciencia de que no siempre piensa bien”, explica el psicólogo Tomás Navarro en una conversación con Crónica Directo.
Esta es la premisa de Navarro en su último libro, Piensa bonito. Aunque suene pretencioso, ese título va mucho más allá de lo superficial de la frase. Para el autor, pensar bonito es “pensar bien”. "Una manera de aplicar el pensamiento para que te simplifique la vida, sea más rica y tengas menos problemas”, desvela. Su misión es que las personas entiendan por qué piensan lo que piensan, aprendan a gestionar sus inseguridades, conecten con sus virtudes y no se bloqueen en su día a día.
La inmediatez
“Yo jamás escribo sobre ‘hay que ser feliz’ y ‘vive la vida’, sino que intento buscar herramientas que sean de utilidad”, aclara el autor. "Tenía claro que quería hacer un libro sobre el pensamiento y con el contexto de la pandemia pensé que era el momento. No están las cosas como para irnos permitiendo errores”, añade el escritor.
Con un estilo de vida cada vez más rápido y basado en la inmediatez, el pensamiento tiende a ir a la misma velocidad que su alrededor. “Cuando pensamos rápido, cometemos más errores, es más superficial, hay mayor riesgo y menor calidad”, argumenta Navarro. Sin embargo, es complicado. Y es que la mente de los humanos consume mucha energía cuando piensa, por eso, intenta ir rápido para poder relajarse una vez terminado. “La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario está en el detalle. Cuando piensas poco a poco es cuando ves cosas que no ve el resto de la gente y haces algo de más calidad”, añade.
Autoestima
La autoestima tiene una gran importancia en la forma de actuar de las personas en su día a día y en la seguridad ante cosas desconocidas hasta el momento. “La baja autoestima provoca muchos problemas de pensamiento, por ejemplo, te hace sentir culpable de cosas que no eres culpable. Crees que no puedes salir de ese agujero y te acaba condicionando la calidad de vida”, manifiesta. Controlar la autoestima y cómo esta afecta a la mente es una forma más de pensar bien.
Todo esto repercute a la hora de atreverse y lanzarse a lo desconocido. ¿Cómo se puede gestionar? “Yo utilizo una técnica que explico en el libro que es el ‘y si’. Normalmente decimos: ‘¿y si va mal?’. Y yo siempre respondo al revés: ‘¿y si va bien?’”, detalla el psicólogo. “Tenemos muchas situaciones en el día a día que requieren de valor. Por eso es tan importante trabajar bien la autoestima y tenerla en los momentos que te exigen seguridad”, expone el especialista.
No creer en la intuición
Es importante tener un criterio propio y analizar por uno mismo. Cuando una persona se deja llevar por lo que piensan las otras, se encuentra en un pensamiento corsé: “El corsé primario, que es la familia. Y el macrocorsé, que es cuando un personaje conocido o los medios dicen algo”. “El problema es que damos más importancia a opiniones ajenas que a las propias. Si le damos peso a una persona, creemos que su opinión vale más que la nuestra. Se trata de que dejemos de admirar a la gente y analicemos la idea libre de la contaminación de quien la genera", declara el autor.
Al contrario de lo popularmente estipulado, Tomás anima a no creer en la intuición. La intuición es el propio pensamiento, muy rápido, que no pasa por el núcleo consciente. El contenido de la intuición es lo que una persona tiene en su propia cabeza. Lo que la mente hace es una secreción a gran velocidad de un estímulo y da una respuesta muy rápida. “Aunque la intuición sea muy corporal, tú estás interpretándola con tu pensamiento”, aclara Navarro.
Generalización
El cerebro tiende a generalizar cuando está mal. “Como cuando dices ‘nadie me quiere’ o ‘nunca encontraré trabajo’”, ejemplifica el psicólogo. Pero también se puede huir de esa idea: “Hay una técnica que explico que es la pregunta del millón, que consiste en repetir la misma frase en forma de pregunta: ‘¿Nunca encontraré pareja?’. La respuesta siempre es: ‘depende’. Y ya hemos roto esa generalización”.
Otro de los errores que se cometen y que no permiten pensar bien es el denominado “efecto halo”. Este sentimiento consiste en tener una preferencia por elegir aquellos estímulos que están en consonancia con el estado emocional del momento. “Cuando tú ves que ese día está avanzando en la misma posición, en estado emocional negativo, de mal humor... tienes que encender una alerta”, expresa. Entonces se puede “dar una segunda interpretación, buscar alternativas” y “romper el efecto halo”.
Técnica
¿Cómo se pueden lograr un buen pensamiento y una cabeza en orden? Tomás Navarro recomiendo coger una a una, por separado, cada una de las ideas que propone durante una semana y se empiecen a poner en práctica. “Como todo, requiere un proceso. Con que dediques 10 horas a aplicar una técnica, ya la incorporas. Pero tienes que tenerla siempre presente”, desvela.
“Tenemos el cerebro más moderno y con más recursos de todo el género animal. Precisamente, lo que nos diferencia es la capacidad para pensar y para pensar bien, que no la utilizamos. Vamos a ir olvidándonos de estas señales que vamos a empezar a pensar bien más racionalmente y más analíticamente”, concluye el psicólogo.