La fórmula más polémica para perder peso ha llegado al mercado. La Universidad de Otago, Nueva Zelanda, ha presentado un dispositivo que quiere acabar con la obesidad y facilitar la pérdida de peso. Un objeto que desde el primer momento se ha convertido en el centro de las críticas.
El aparato se llama DentalSlim Diet Control y consiste en un dispositivo intraoral que se coloca en los primeros dientes molares superiores e inferiores. A través del magnetismo de los pernos de bloqueo fabricados a medida, impide ingerir alimentos sólidos ya que el usuario no puede abrir la boca más de dos milímetros.
Dieta líquida
Con un espacio tan reducido, la persona solamente se puede alimentar de una dieta líquida. No obstante, aunque podría parecer muy incómodo, los creadores aseguran que es la medida exacta para poder seguir respirando y hablando.
Según la revista British Dental Journal, siete voluntarios con obesidad participaron en el ensayo del aparato y en dos semanas perdieron una media de 6.36 kilos. “La tolerancia del dispositivo fue buena, promoviendo la pérdida de peso durante un período de prueba de dos semanas", dijo Paul Brunton, autor principal del trabajo científico.
Críticas
“La principal barrera de las personas para tener una pérdida de peso exitosa es el cumplimiento. Esto les ayuda a establecer nuevos hábitos, permitiéndoles cumplir con una dieta baja en calorías por un período de tiempo”, comentó el investigador. "Es una alternativa no invasiva, reversible, económica y atractiva a los procedimientos quirúrgicos", añadió.
Pero este invento no ha gustado nada en las redes sociales. Muchos usuarios lo han comparado con una “máquina de tortura”, mientras otros han asegurado que este tipo de métodos “promueven desórdenes en la alimentación”.