Un joven de 19 años finge su propio secuestro para saltarse un día de trabajo
El detenido declaró que dos enmascarados se lo llevaron interesados en un supuesto dinero que su padre había escondido por toda la ciudad
25 febrero, 2021 19:17La policía de Coolidge, en Arizona (Estados Unidos), recibió una llamada de emergencia el pasado 10 de febrero por la tarde. La alerta informaba de que había un hombre tirado en un arcén con las manos atadas detrás de la espalda. Una patrulla se trasladó hasta el lugar, donde efectivamente encontraron al individuo.
La víctima, un joven de 19 años llamado Brandon Soules, alegó que había sido secuestrado por dos hombres enmascarados, los cuales buscaban el dinero que su padre había escondido por la ciudad. Sin embargo, la policía no encontró pruebas de ello durante su investigación, pero sí encontraron varias pistas que desmontaron su testimonio: Brandon había fingido su secuestro para no tener que ir a trabajar.
La excusa se le fue de las manos
Cuantas veces nos hemos levantado y lo primero que nos ha pasado por la cabeza es el habitual "hoy no me apetece ir a trabajar". Eso mismo pensó Brandon el pasado 10 de febrero, pero la excusa se le fue de las manos. El joven estaba tan desesperado por faltar ese día que decidió fingir su propio secuestro.
La supuesta víctima contó a la policía que "dos hombres enmascarados lo secuestraron, lo golpearon en la cabeza y lo llevaron a un vehículo antes de abandonarlo en la zona donde fue encontrado", según el comunicado oficial. Pero los investigadores encontraron pruebas de que su historia era inventada.
Brandon acabó detenido y despedido
Brandon afirmó que sus secuestradores iban detrás del dinero de su padre, pero la policía no encontró nada relacionado con eso. Sin embargo, las cámaras de seguridad demostraron que las declaraciones del joven se contradecían constantemente. Por ello, finalmente, el secuestrado confesó que se lo había inventado todo.
"No hubo secuestro ni agresión", sentenciaron los expertos. Brandon admitió que, desesperado para no tener que trabajar, se había metido un pañuelo en la boca, utilizó un cinturón de cuero para atarse las manos a la espalda y se tiró al suelo del arcén en el que lo encontraron a la espera de que alguien lo viera y llamara a la policía. Fue detenido una semana después acusado de presentar denuncias falsas, e inmediatamente fue despedido de la empresa en la que trabajaba.