Son muchas las personas que alegan tener una temperatura corporal inferior a 36ºC y que, por tanto, 37ºC o incluso menos, para ellos, es tener fiebre. La polémica está servida pero lo cierto es que la mayoría de médicos recuerdan que los valores fluctúan.
Es importante que la fiebre es sólo un síntoma. Un mecanismo de respuesta a una enfermedad o proceso inflamantoria. Por tanto, cuando sucede, uno debe pensar que su organismo funciona.
Temperatura variable
Sobre los debates sobre la temperatura corporal, es importante saber que ésta varía a lo largo del día. Por norma general, durante las mañanas, sobre todo a primera hora, es inferior. Se le conoce como temperatura basal, la que tiene el cuerpo en reposo. Por lo que a la noche, tras la actividad, se eleva.
Así, la temperatura de una persona de entre 18 y 40 años suele fluctuar entre los 36,4ºC y los 37,2ºC. Aunque sí, hay quien puede estar a 35,8ºC, pero eso no implica que la temperatura de la fiebre varie.
Fiebre y febrícula
De este modo, por la mañana, si uno está a más de 37,2ºC puede decir que tiene fiebre, aunque a la noche para decir que se tiene fiebre será necesario superar los 37,7ºC.
Una vez conocida esta norma, cabe tener en cuenta la general. Sólo a partir de los 38ºC se considera fiebre, y de 37,5ºC hasta esos grados lo que se tiene es febrícula. Sólo se considera fiebre de urgencia la superior a 40ºC.