Según la encuesta sobre alcohol y otras drogas en España (Edades), realizada por el Ministerio de Sanidad, uno de cada tres españoles aseguran haber probado la marihuana. Con un 35% de la población total, en concreto, el cannabis es la droga ilegal más consumida del país.
A pesar de su popularidad, el Código Penal castiga como delitos el cultivo, la elaboración, el tráfico y la posesión ilícita de dicha sustancia. Del mismo modo, penaliza las actividades que promuevan, favorezcan o faciliten el consumo de drogas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas. Eso sí, a la hora de sancionar, distingue entre las drogas que causan un grave daño a la salud y las que no. Y la marihuana, precisamente, pertenece al segundo grupo.
La marihana, una droga blanda
Los efectos que tiene la marihuana para el cerebro se deben, principalmente por el Tetrahidrocannabinol o THC. A pesar de ser catalogada como una droga blanda, esta sustancia tiene una vida media de unos siete días. Eso significa que, pasado ese tiempo, el organismo apenas ha eliminado el 50%.
La regulación legal del cannabis es diferente en cada país, al igual que depende de si se posee para uso medicinal o científico o exclusivamente recreativo. En los Estados Unidos, por ejemplo, Nueva York ha despenalizado la posesión de menos de 56 gramos, y en Uruguay --donde es completamente legal la venta, distribución y el cultivo-- no se pueden superar las seis plantas por persona. En cambio, en España, se permite poseer 100 gramos de marihuana para consumo personal y privado.
Multas de hasta 30.000 euros
En España, el Código Penal no considera delito el consumo, la posesión y el cultivo de marihuana, siempre y cuando sea para el propio consumo y no esté destinado al tráfico. Sí considera una infracción grave el consumirlo en un espacio público, el traslado de personas con el objeto de facilitarles el acceso, la ejecución de actos de plantación y cultivo ilícitos en lugares visibles al público.
De igual manera, considera de la misma gravedad la tolerancia del consumo ilegal o el tráfico en locales o establecimientos públicos, junto a la falta de diligencia para impedirlos. Realizar alguna de estas infracciones conlleva a la incautación de la droga y a una multa desde los 601 a los 30.000 euros.
La legalización del cannabis
A lo largo de la historia, el cannabis se ha utilizado con fines terapéuticos. De hecho, en los últimos años, se usa para tratar paciente con enfermedades muy concretas, como el cáncer. De hecho, en España, hay un único medicamento derivado de la marihuana que está autorizado: el Sativex, un fármaco oral recetado a personas con esclerosis múltiple.
Según el CIS, el 84% de los españoles está a favor de la legalización de la marihuana con fines terapéuticos, mientras el 47% defiende su legalización incluso en caso lúdico. Algo que rechazan desde la Fundación Proyecto Hombre, que considera que "la accesibilidad a las drogas favorece el consumo, dificultarlo de alguna manera hace que disminuya".
Los riesgos de facilitar la droga
"Hay gente que quiere fumar por su situación personal y no creo que tengan que ser perseguidos ni llevados a la ilegalidad", opinan desde la fundación. Del mismo modo, esperan que si España da el paso a la legalización, lo haga con mucho cuidado "para no cometer los mismos fallos que con el tabaco" y fomentar un consumo descontrolado.
El Tribunal Supremo utiliza una tabla elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología que establece la dosis media de consumo. Entienden que un consumidor, cuando compra, se provee de la sustancia para subsistir unos cinco días. Un periodo de tiempo que, según han calculado como media, fijan en 100 gramos la posesión legal para el consumo personal.