La arena de la playa esconde todo tipo de cosas, la mayor de las veces colillas y otros objetos que los bañistas dejan tirados. Menos común es encontrarse un cerebro como le ha pasado a un hombre mientras paseaba por a la orilla del mar.

Los hechos han sucedido en el parque Samuel Myers, a 25 kilómetros de Milwaukee (Estados Unidos). Un turista, Jimmy Senda, buscaba objetos de valor en la playa de la zona, cuando se topó con la sorpresa.

"Una pechuga de pollo"

Escondido en la arena vio un paquete cuadrado, recubierto de papel de aluminio con una banda de goma rosa que lo sujetaba. Al abrir el recipiente fue cuando se encontró con el cerebro.

“Realmente no sé cómo explicarlo, no se registró en mi cabeza… Me quedé en plan: ‘¿Qué es esto?'”, señala el estadounidense a un canal de la Fox. "Me pudo la curiosidad, así que lo abrí y parecía una pechuga de pollo... más o menos. Tardé un poco en darme cuenta de que era un cerebro", asegura.

Investigación

Al lado del órgano había más cosas, un ramo de flores y un papel escrito en chino que las autoridades no han revelado lo que pone. La policía estadounidense ha abierto una investigación para esclarecer los hechos.

Los agentes no han confirmado tadavía si se trata de un cerebro humano. Asimismo, subrayan que el paquete pudo haber sido abandonado en la arena o bien llegó allí arrastrado por la corriente.