La falta de demanda está poniendo las cosas muy complicadas en el sector turístico. Las restricciones y nuevas medidas de seguridad apuntan a castigar aerolíneas, hoteles y otros agentes implicados en una actividad económica esencial en un país como España. Un ejemplo se puede ver en la última decisión adoptada por Ryanair, quien ha cancelado el 20% de sus vuelos para los meses de septiembre y octubre, en previsión de un otoño que se presenta muy complicado para la compañía.
A pesar de las intenciones iniciales de mantener la normalidad (o lo que antes era normalidad) e incitar a los usuarios a retomar el vuelo, la disminución de operaciones se ha hecho necesario para tratar de reducir los costes de una temporada en la que el número de pasajeros ha caído drásticamente. Los rebrotes del virus y las restricciones para viajar a / desde ciertos países han provocado que la compañía de Michael O’Leary haya decidido revisar su programación y adaptarla a los tiempos tan inciertos que se están viviendo.
Un 20% menos de operaciones
Tras el levantamiento de los confinamientos en Europa, Ryanair había planificado un verano al 60% de su capacidad habitual, con una previsión de subir paulatinamente en los meses siguientes para tratar de, poco a poco, recuperar su actividad. Sin embargo, los planes no siempre salen como a uno le gustaría y recientemente han anunciado la reducción del 20% de la oferta para los meses de septiembre y octubre. Para realizar este ajuste han tratado de disminuir frecuencia, evitando cancelar totalmente las rutas ya disponibles.
Esta reducción de operaciones afectará principalmente al mercado español, sueco y francés. Los culpables, señalan desde la compañía, son los rebrotes y las restricciones en estos países. Precisamente España es uno de los países más castigados por las medidas impuestas desde los gobiernos europeos, muchos de los cuales obligan a realizar cuarentenas para aquellos viajeros que provengan de un destino español. Esto ha provocado una caída alarmante en la demanda de vuelos.
Compensación a los viajeros
Esta cancelación de vuelos llega después de que Ryanair, en su línea habitual, iniciara una agresiva campaña de “rescate” de viajeros. Sus previsiones, demasiado optimistas para la situación que se está viviendo en todo el mundo, no se están cumpliendo, por lo que la compañía, ya castigada por la prohibición de realizar venta a bordo de productos variados (uno de sus principales negocios), no ha tenido otro remedio que reconocer el error y cancelar algunos vuelos.
A los afectados por estas cancelaciones, aquellos que ya habían reservado sus asientos en algunos de los trayectos que finalmente no se llevarán a cabo, la compañía les ofrecerá una compensación y por supuesto están siendo avisados para que busquen una alternativa. Por ahora, la aerolínea ofrece un bono para gastar el dinero en su página web más adelante o cambiar el billete a otra fecha en la que sí haya vuelos operativos. Con este movimiento, la compañía irlandesa pretende reducir viajes, pero llenar más sus aviones, la única manera de alcanzar la rentabilidad empresarial.
EasyJet sigue sus pasos
No es la única aerolínea que están tomando medidas para tratar de resolver una situación tan complicada. Otro ejemplo se encuentra en EasyJet, quien cerrará sus bases en Reino Unido y también planea hacer un recorte de oferta. Además, Jet2 también ha cancelado todas sus rutas con España debido a las restricciones de los gobiernos. Estas cancelaciones no solo afectan a los pasajeros, si no que pueden tener un impacto directo sobre las tasas de empleo de las compañías.
El propio Ryanair ha avisado que, actualmente, existe demasiada tripulación en España y ha anunciado que las últimas medidas desembocarán en una reducción de plantilla. Un ejemplo se encuentra en la medida adoptada por los pilotos de la irlandesa, quienes han accedido, a través de su sindicato, a rebajarse un 20% su sueldo a cambio de asegurar su puesto de trabajo durante los próximos cuatro años. Sin embargo, por parte de Ryanair se han comprometido a ir recuperando, poco a poco, el salario inicial, a partir de 2022, momento en el que se espera que la situación haya recuperado la absoluta normalidad.