La gastronomía mexicana ha sido reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por eso no sorprende la cantidad de restaurantes que basan sus propuestas en esta cocina milenaria. Sin embargo, en muchos de estos establecimientos también se tiende a occidentalizar dichas recetas para hacerlas más atractivas para el público local.

En este sentido, cuando alguien habla de comida mexicana, a todo el mundo le vienen a la mente los famosos totopos, también conocidos como nachos; las fajitas o los burritos. No obstante, hay infinidad de platos que no disfrutan de la misma acogida, pero que también merecen ser conocidos por los comensales. Para aquellos fanáticos de las enchiladas o las quesadillas, estos son otros alimentos típicos de México que hay que probar. 

Pozole blanco 

Se trata de una sopa hecha con un tipo concreto de maíz llamado cacahuazintle, cuyo grano es más redondo y tierno que el tradicional. Se utiliza este y no el habitual ya que, al hervirlo, el grano se abre en forma de flor y suelta una especie de espuma característica del plato, al que se le añade como complemento carne de cerdo o pollo. Al ser un alimento que se puede cocinar en grandes cantidades, se suele elaborar en reuniones o fiestas populares.

El pozole blanco fue un plato muy popular en México durante la época prehispánica y, desde entonces, se ha ido modificando según las tendencias o los gustos de cada región de México. Sus variantes incluyen, por ejemplo, tomates verdes o sardinas en algunas zonas costeras. Una curiosidad es que, en su orígenes, la carne que se añadía a esta sopa era humana y se utilizaba como una ofrenda al Dios de la primavera para pedir una buena cosecha. Aunque más tarde, se convirtió en una receta típica en los funerales.

Huarache

Su nombre se debe a la forma de la torta en el que se sirve, que recuerda a las sandalias que llevaban los indígenas en México. La forma del guiso es ovalada y más gruesa que las tortitas de las fajitas o los burritos. Se cocina a la plancha y el ingrediente principal es el pollo, aunque en algunos lugares optan por el bistec o el chorizo, además de frijoles, lechuga, queso fresco y distintas salsas.

Se cuenta que el huarache nació después de experimentar con otro plato típico de la cocina mexicana: el tlacoyo, una tortilla gruesa, ovalada y larga que se elabora con masa de maíz y puede ir rellena de algunos ingredientes, como frijoles o habas cocidas. En esta prueba, se alargó la masa del tlacoyo y se rellenó de frijoles, que hicieron agujeros en la parte de arriba de la base. A partir de este momento, el plato comenzó a ser conocido por su nombre actual: Huarache. 

Huarache mexicano / GLIFO_MEDIA EN PIXABAY

Banderillas

Son uno de los aperitivos más populares de México. Su elaboración es muy simple, únicamente se trata de una salchicha empanada y crujiente que se sirve en una brocheta y a la que se le añade algún tipo de salsa picante, como tabasco.  

Realmente no se conoce a ciencia cierta cual es el origen de este famosísimo plato mexicano, pero lo más probable es que derive de otro alimento popular del sur de los Estados Unidos, el corn dog. Aunque en realidad muchas personas opinan que la aparición de ambas recetas fue en sentido contrario y que Estados Unidos lo adoptó de la gastronomía mexicana tradicional.

Huevos rancheros 

También conocido como desayuno ranchero, estos huevos fritos comparten protagonismo con unas tortitas hechas de maíz o harina de trigo. A todo esto se le añade pisto, hojas de cilantro y chiles picantes, que le aportan un sabor aún más intenso. Además, como complemento, el comensal puede incorporar una ración de arroz o frijoles. 

Según varias fuentes, el origen de este plato está vinculado con los trabajadores del campo, que se llamaban rancheros y tomaban este alimento cada mañana para que les aportará energía antes de empezar la jornada.

Tepache

Es una de las bebidas fermentadas más conocidas en este país. Su sabor es similar al de la cerveza, solo que algo más dulce. Además, su nivel de alcohol es muy bajo, únicamente de un 1%.

Históricamente, los Mayas utilizaban esta bebida como símbolo de culto religioso. En cuanto a su receta, se obtiene mediante la fermentación de algunas frutas como la piña, la manzana o la guayaba, aunque hace siglos también se preparaba con maíz martajado.

Los postres mexicanos 

El dulce de guayaba es similar al dulce de membrillo, con la diferencia de que este se elabora con guayabas, una fruta muy consumida en México y Colombia por su alto contenido en vitamina C. A esta se le añade azúcar, canela y agua.

Otro postre muy conocido en México es el llamado besos de coco o besitos de coco. Se elabora con leche condensada, extracto de vainilla y coco rallado, todos estos ingredientes se mezclan hasta formar una masa que finalmente se hornea durante unos 30 minutos.