Si algo define a una comunidad o provincia son los productos típicos que allí se cultivan. Una gran cantidad de personas suelen relacionar la comida con los lugares de donde proviene. Este motivo también se traslada al turismo, donde ciertos viajeros visitan enclaves concretos con el fin de degustar un buen vino o un plato típico del lugar. Sin embargo, con la llegada de las grandes cadenas de restauración, este matiz se está perdiendo.
La presencia de productos de origen internacional puede acabar por romper las fronteras dentro de la gastronomía, pudiendo olvidar aquellos sabores que caracterizan a un lugar en concreto. En medio de esta vorágine surge una figura que se encarga de que esta situación no llegue a mayores. Es por eso que Carlo Petrini decidió fundar el Slow Food, un movimiento encargado de preservar la comida típica de las comarcas.
El objetivo: no perder la identidad
El sociólogo italiano decidió promover esta idea en el ámbito internacional, alcanzando la máxima difusión posible. En la actualidad existen más de 150 países que se han sumado a la iniciativa de no renunciar a los sabores que definen su territorio. Estos rincones del mundo se encuentran repartidos a lo largo de los cinco continentes, por lo que su presencia ya está asegurada.
Uno de los países que pertenece a este grupo es España. Con una tradición más que marcada, dicha región cuenta con comunidades que poseen numerosas Denominaciones de Origen. Una de las más señaladas es Cataluña, un enclave vital dentro de la gastronomía nacional. Más concretamente en Tarragona, ya hay una serie de restaurantes y establecimientos que se encuentran bajo el sello Slow Food, que define un tipo de cocina que defiende recuperar las raíces y los productos de proximidad o de km.0.
Ambiente marino en el centro de la ciudad
Uno de los más característicos de la que fuera una ciudad romana es El Llagut. La plaza del Rey es el espacio urbano encargado de acoger este establecimiento, con una decoración próxima al mar. Y es que el diseño del interior se basa principalmente en motivos marineros, a través del empleo de materiales como la madera y objetos como los barcos. Al mando de este navío se encuentra el chef Ramón Martí.
El cocinero catalán cuenta con un gran bagaje gracias a la formación recibida en el extranjero. Martí ha estado bajo las órdenes de chefs prestigiosos como Jean Claude Bourgueil o Jean Louis Neichel. Esa dilatada experiencia la ha plasmado en El Llagut, ofreciendo una carta caracterizada por los productos de la tierra. Los arroces y la masqueta con pimientos de romesco cobran especial sentido dentro de este enclave gastronómico.
Para disfrutar con los amigos
A unos poco metros de El Llagut se encuentra Lola Bistro, otro de los locales de Tarragona donde disfrutar de la comida Slow Food. Con un ambiente más recogido y acogedor, este restaurante elabora todos sus platos con los productos más frescos emanados del territorio tarraconense. La filosofía Slow Food combina a la perfección con el deseo de compartir entre los comensales, para así degustar los distintos sabores.
Lola Bistro ofrece la posibilidad de degustar diferentes platos y vinos para lograr la fusión exacta en lo que a sabores patrios se refiere. La coca de sardinetes o la burratina con pesto representan algunas de las propuestas incluidas en la carta de este establecimiento Slow Food. Además, para aquellas personas que no sean de Tarragona, Lola Bristo cuenta con otro local en Altafulla, una pequeña localidad próxima a la capital.
Sostenibilidad ante todo
Más alejado de Tarragona se encuentra Mas Pubill, un restaurante cuya identidad reside en la comida ecológica. Una de las curiosidades de este lugar se encuentra en su máxima dirigente. Y es que Montse Queralt, encargada de regentar el restaurante, es profesora de danza además de haber hecho estudios relacionados con la medicina. La pasión por la cocina de Km.0 la llevó a embarcarse en este proyecto.
Si hay algo que caracteriza a este lugar es la comida saludable. El Mas Pubills se ubica en un camping ecológico de la localidad de Vinyols. Los productos son 100% naturales evitando cualquier tipo de grasas o elementos procedentes del ámbito industrial. La carta también cuenta con opciones veganas para aquellos que rechacen los alimentos de origen animal.