El paso del tiempo modifica las propiedades de los perfumes. Su deterioro más o menos veloz depende de sus ingredientes y, ante todo, hay que matizar que no es que caduquen, es que se estropean, y este proceso puede tardar años o solo unos meses. Por ello, conviene conocer algunos trucos para alargar su vida al máximo.
Es imprescindible, para empezar, conservar el perfume en su caja original, ya que la exposición a la luz, ya sea natural o artificial, puede cambiar el olor y el color, del mismo modo que afectan al aroma las variaciones de temperatura y humedad. Todos estos elementos cambian la composición química de la fragancia.
Los ingredientes que antes se estropean
En este escenario, los especialistas recomiendan, para empezar, y aparte de lo mencionado sobre la caja, que se evite la luz solar y que los perfumes se guarden en una estancia distinta al cuarto de baño, que es la habitación que sufre mayores cambios de temperatura.
Para terminar, recuerdan que los perfumes de la familia oriental y los amaderados duran más que los cítricos y florales. Y lo mismo ocurre con las fragancias oscuras (con inciensos, pachuli y ámbar, que duran más) y las de tonalidades claras (críticos o florales, que se estropean antes). En todo caso, hay que gastarlos: dejarlos en el armario para ocasiones especiales es un error.