La moda de los viajes sorpresa: vacaciones sin conocer el destino
Ahora puedes desplazarte y desconocer a dónde hasta que no llegues al aeropuerto
16 diciembre, 2019 11:26Viajar es una afición bastante común en gran parte de las personas. Además de los clásicos destinos turísticos, como podrían ser Madrid o Barcelona en España, o Londres y Roma en Europa, cada vez más gente apuesta por propuestas originales. Y no hay nada más original que hacer uno de los famosos viajes sorpresa en los que no se conoce el destino.
¿Es esto posible? Sí, gracias a un buen número de agencias y empresas que han surgido para dar respuesta a esta necesidad. Ellos se encargan de todo, incluso del proceso del check in para que el viajero solo se preocupe de llegar al aeropuerto a tiempo y conocer, in situ, dónde pasará los próximos días.
Antes de viajar
Pero, ¿cómo funcionan estos viajes sorpresas? Basta con hacer una búsqueda rápida en Google para encontrar varias empresas que ofrecen este servicio tan peculiar y atractivo. Y aunque cada una de ellas puede tener sus propias particularidades, todas trabajan de una manera muy similar.
El viajero, al momento de hacer la reserva, indica el número de personas que van a viajar, las fechas, si hay alguna restricción horaria en la salida o el regreso y el aeropuerto de partida. Además, muchas de ellas también ofrecen la posibilidad de vetar un destino o varios. Por ejemplo, si esa persona ya ha estado en Londres y no quiere regresar o si todos los años va varias veces a ciudades como Berlín y tampoco quiere que forme parte de este viaje. Es posible.
Durante el viaje
Siguiendo esta operativa común a la mayoría de estas empresas, el viajero obtendrá un número de localizador con el que, en su web, puede ver la información sobre su viaje. Además 48 horas antes aparecerá la información acerca del clima y recomendaciones básicas de viaje. También, si lo desea, puede conocer en este momento el destino o esperar.
En caso de esperar al mismo día del viaje, una vez que llegue al aeropuerto y en esta misma página web, le dará la opción de descargar las tarjetas de embarque, que habrán sido emitidas por la empresa organizadora. Ahí podrá ver el destino y la puerta de embarque a la que dirigirse en ese momento para que dé comienzo el viaje.
Qué incluye
Normalmente, se incluye solamente el vuelo y el alojamiento. Cada empresa organizadora tiene una política diferente en cuanto a la calidad del alojamiento, pero la tónica común es que sean hoteles de entre tres y cuatro estrellas, ubicados en una zona céntrica. Se prima la comodidad del viajero y que el tiempo de estancia se pueda aprovechar al máximo posible.
Quedan, por tanto, excluidas las comidas y los servicios de transfer en la mayoría de estas agencias, pero es necesario mirar bien cada caso para valorar qué está incluido y qué no, así como calcular el precio final del paquete más allá de los propios gastos de hacer la reserva del viaje.
Precio de los viajes sorpresa
¿Merece la pena hacer estos viajes sorpresa? ¿Es muy caro? Depende. La ventaja es que es precio cerrado. En el momento de hacer la reserva, te cobran un fijo según el aeropuerto de salida y la fecha. La mayoría de ellos parten en 150 euros por noche, por persona. Como hemos dicho, incluye vuelos y alojamiento. El precio se puede encarecer según temporada y origen.
Puede ser ligeramente más caro que reservarlo por cuenta propia, pero tienen el valor añadido de brindar una experiencia diferente, en la que el viajero no tiene que preocuparse por nada (ni siquiera por sacar las tarjetas de embarque) y en la que se mantiene hasta el final la intriga del sitio al que se viajará. También es posible comprarlos para regalar, un detalle que puede ser muy original.
Destinos incluidos
Casi todas estas empresas ofrecen viajes sorpresa por Europa, tanto a grandes capitales como Roma, Londres, Lisboa, París y Praga, hasta ciudades más pequeñas, pero con muchísimo encanto, como Niza, Brujas, Múnich y Venecia.
Para el origen también suele haber varios aeropuertos disponibles, como Madrid, Barcelona, Málaga y Bilbao. El viajero escoge un único aeropuerto de salida y no puede decidir el destino, pero sí vetar alguno (gratis o con un sobrecoste) en caso de que no desee que su viaje sea allí.