Los conocidos calçots son un producto gastronómico típico de Cataluña, cultivado tradicionalmente en la comarca del Alt Camp. Con un aspecto muy similar al del puerro, son una variedad de la cebolla, pero con un sabor mucho más dulce y una textura más agradable.
Debido a que están formados por varias capas, a la hora de degustarlos conviene extremar la atención para disfrutar al máximo de todo su sabor. De forma tradicional, se cocinan a la parrilla, por lo que antes de comerlos es importarte retirar con una mano la primera capa del calçot para, a posteriori, introducirlos en la boca.
La salsa, una de las claves
Uno de los elementos para disfrutar del sabor original del calçot es la salsa, especialmente importante en cualquier calçotada popular. No obstante, hay que conocer que existen dos variedades de salsas: la romesco y la propia de los calçots.
El sabor de ambas es muy similar, ya que están elaboradas con tomate, ajo, almendras y avenas. Sin embargo, la principal diferencia entre las dos es la cantidad de estos ingredientes. En cualquier caso, una de las opciones por las que suele optarse con el objetivo de satisfacer a todo tipo de paladares es servir ambas salsas en la comida, dejando al comensal la opción de poder escoger entre una u otra.
En el momento en el que se han retirado las capas exteriores del calçot, conviene introducir su parte más tierna en el interior de la salsa, obteniendo un sabor muy característico. Los expertos en degustar esta variedad de cebolla afirman que conviene sumergir el calçot en su totalidad, obteniendo un sabor mucho más dulce.
Alt Camp, comarca especialista en su elaboración
Pese a que los calçots son muy populares en toda la región de Cataluña, en los casos en los que se desee disfrutar de su sabor original es conveniente conocer que es el Alt Camp una de las comarcas consideradas la cuna de esta característica variedad de la cebolla.
Uno de los planes por los que suele optar más gente es por acudir a una de las tradicionales masías catalanas para disfrutar al máximo su sabor. En este tipo de masías, los calçots se sirven directamente sobre una teja, respetando la esencia tradicional de esta comida y convirtiendo este momento en único. A modo de curiosidad, es importante conocer que en esta zona de Cataluña es tradicional la celebración de una calçotada popular el últimos domingo de enero, en la que, además, se realiza un concurso para ver quién es capaz de comer más calçots en un tiempo limitado.
Calçotadas populares, una oportunidad perfecta para iniciarse
Pese a que los más veteranos suelen optar por acudir las masías mencionadas anteriormente o por prepararlos, incluso, en sus propias casas, también conviene conocer que a lo largo de toda la región de Cataluña se organizan diferentes calçotadas populares, que permiten iniciarse a todos los interesados en esta característica oferta gastronómica.
Las calçotadas son una de las mejores opciones para poder aprender todo lo necesario sobre el arte de comer calçots, al contrario de lo que ocurre en las masías y en espacios especializados en su elaboración. En este tipo de actos es habitual que este tipo de cebollas lleguen a la mesa envueltos en papel de periódico. Las raciones suelen estar limitadas a una cantidad en concreto, siendo mejores opciones como primera toma de contacto.
La carne, la excusa perfecta
Para los amantes de la carne, las calçotadas se convierten en la excusa perfecta para disfrutar de una de sus pasiones gastronómicas. En la mayoría de las ocasiones sirve de pretexto para disfrutar de una buena parrillada de carne.
En la mayoría de las masías típicas catalanas, los calçots de utilizan como primer plato, siendo la carne el segundo y principal. Además, el tipo de carne que se suele servir casa a la perfección con la típica salsa que se utiliza en los calçots, siendo uno de los platos preferidos por los amantes de las salsas.