"No tengo tiempo ni para dormir". Esta es una de las frases más repetidas por todos a lo largo del día. Y es que actualmente vivimos inmersos en un ritmo de vida totalmente frenético, puesto que no paramos quietos en ningún momento hasta el punto de restar horas de sueño para poder seguir haciendo cosas y llegar a todo.
Una práctica muy arriesgada, nada recomendable y con la que podemos, y además de manera literal, terminar con nuestra vida. O lo que es lo mismo: morir. Y es que según se demuestra en un estudio elaborado por el neurocientífico Matthew Walker, en los países que la gente duerme más horas, viven más y mejor que en los países en los que no se duermen las horas recomendadas. ¿Cuántas horas duermes por la noche?
La falta de sueño te puede matar
Según se publica en el libro Por qué dormimos, del neurocientífico Matthew Walker, profesor de Neurociencia en la Universidad de Berkeley, la sociedad industrial ha arrinconado el sueño, hasta el punto de menospreciarlo y no dedicarle la importancia que se merece. Una práctica, según Walker, de lo más arriesgada con la que un ser humano podría llegar a morir. Y es que la misma naturaleza, desliza el neurocientífico, ha establecido una cantidad de horas imprescindibles que deberíamos dedicar al sueño. Unas horas que, de dormirlas, no solo se beneficiaría nuestro celebro, sino toda la salud de nuestro organismo.
De hecho, tal es la importancia del sueño en nuestro frenético ritmo de vida que, según Walker, si nos estamos una noche sin dormir, los efectos pueden ser peores que si estamos un día sin alimentarnos, de forma sana, o sin hacer ejercicio, algo que los expertos recomiendan hacer entre tres y cinco veces a la semana. Y es que la perdida del sueño no solo nos hace estar mucho más débiles, en cuanto a nuestras facultades diarias, sino que también termina por perjudicar nuestro código genético y las estructuras que lo forman. Es decir, las pocas horas de sueño perjudican nuestra salud psicológica y los circuitos cerebrales.
Consecuencias de la falta de sueño
Según apunta el neurólogo Carles Gaig, coordinador de estudios de los trastornos del sueño y la vigilia de la SEN, la falta de sueño puede tener consecuencias irreversibles en nuestro organismo y salud. Y es que el sueño, según el experto catalán, por un lado ayuda a eliminar las sustancias tóxicas del organismo, puesto que durante el día son muchas las cosas a las que estamos expuestos y, por otro lado, nos ayuda a retener en la memoria aquellas cosas que consideramos realmente importantes.
La otra cara de la moneda sucede cuando no dormimos las horas que tocan, estipuladas entre siete y nueve según los expertos. Un mal descanso nocturno puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades como hipertensión arterial, diabetes, infartos, ictus. Una serie de síntomas, señala Gaig, a los que tenemos que añadir la posibilidad de sufrir enfermedades psiquiátricas, depresión, ansiedad o incluso dolencias neurodegenerativas. Una situación de lo más delicada a la que todas aquellas personas que trabajan en turnos de noche deben prestar especial atención. Y es que según Walker, de la Universidad de Berkeley, los profesionales con dichos turnos tiene un 40% más de probabilidades de sufrir tumores de mama, próstata y útero, entre otros. ¿Y tú? ¿Ya duermes las horas necesarias?