La alimentación saludable es una de las tendencias a las que más personas se apuntan día a día. Decir no a los alimentos ultraprocesados, evitar los excesos con el azúcar y las grasas saturadas o comer más fruta y verdura de temporada son algunos de los consejos más básicos para alimentarse mejor.
Ahora, la Generalitat de Cataluña ha compartido un documento con consejos para comer ‘bien, bueno y barato’. Una guía para que todo el mundo pueda empezar a cuidar una parcela tan importante como la alimentación sin gastar más dinero por ello.
La importancia de la planificación
Uno de los primeros consejos que ofrece esta guía es que se debe planificar lo que se va a consumir. Esto supone no solo hacer la lista de la compra. Lo primero es elaborar una lista de los menús que se van a comer esa misma semana, a partir de la cual se elaborará la lista de la compra.
Este paso previo evitará la compra de alimentos innecesarios que pueden terminar encareciendo la factura final. Y es que comer sano es mucho más barato. Los preparados de legumbres o verduras congeladas son una excelente opción porque no tienen apenas elementos añadidos y conservan todas sus propiedades nutricionales. Además de que son muy baratas.
La lista perfecta
Además de tener en cuenta los alimentos que se necesitarán para elaborar los menús semanales, la lista de la compra perfecta debe tener en cuenta los alimentos que se tienen en el despensa y el congelador. Así evitaremos almacenar más de lo necesario o tener alimentos sin comer a los que hay que dar salida.
Usar alguna aplicación de notas o un documento colaborativo puede ayudar a que la lista se rellene entre varios miembros de la familia cuando exista una necesidad, lo cual puede hacer que se elabore más fácilmente.
El mejor precio
Para encontrar el mejor precio en el supermercado lo mejor es visitar varios, apuntar los precios y comparar. Esto supone más tiempo pero también más ahorro, ya que se pueden identificar las ofertas, si un día concreto es más barato comprar en un determinado comercio (los fines de semana se le suele dar salida al stock de consumo inmediato en algunos sitios).
Las tarjetas de fidelización también son una gran opción para que cada vez que compremos en un establecimiento se sumen descuentos adicionales con los que ahorrar en la siguiente visita. Por último, mirar el precio / unidad es la mejor manera de comparar precios, ya que ofrece una valoración más exacta de cuánto cuesta realmente el producto final.
Alimentos de temporada
Parece algo muy obvio, pero los alimentos más baratos son los de temporada, es decir, si se compran alimentos de importación o frutas que no se producen de manera natural en una época determinada del año, el precio de la factura puede subir y mucho.
Apostar por productos de temporada sirve también para que los alimentos sean más frescos y con mejor sabor. Además, siempre se deben comprar a granel, ya que así se calculan mejor las medidas que se necesitan, se ahorra dinero (al prescindir del envase o empaquetado) y no se desperdicia comida.
Comida buena y barata
En definitiva, los alimentos más sanos suelen ser los más baratos. Por ejemplo, las legumbres o el arroz aportan una gran cantidad de nutrientes y tienen un precio muy reducido. Los huevos y las avellanas también tienen una gran relación nutrientes / precio.
En cuanto a pescado, mejor optar por el de piscifactoría, mucho más económico y de gran calidad, como la caballa, las sardinas o los boquerones. En el caso de las carnes, lo mejor será planificar al máximo para evitar desperdicios y apostar por el pollo o el conejo, que tienen gran aporte nutricional y bajo precio. En el caso de las verduras, como se ha comentado, habrá que elegir las que estén de temporada u optar por las que ya vienen congeladas. Cuanto menos troceadas, mejor, ya que se ahorra y no se consumen procesados.