El uso abusivo de la tecnología, además de influir en nuestros hábitos y la forma con la que nos relacionamos con nuestro entorno, también deja marcas en nuestro cuerpo. Tanto es así que está provocando cambios físicos en el ser humano.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Sunshine Coast de Australia ha encontrado una protuberancia en la base del cráneo que achaca a un uso intensivo del teléfono móvil.
Para repartir el peso
La protuberancia, palpable al tacto, se habría desarrollado con el fin de repartir el peso de la cabeza, que suele estar inclinada cuando se maneja el móvil. Así, son los jóvenes quienes presentan en mayor medida esta nueva formación craneal.
De este modo, es posible saber si ya tenemos desarrollado este cuernos con solo palparnos en la zona posterior del cráneo, encima del cuello. Si resulta positivo, significa que hay una “protuberancia occipital externa”.