Desayunar es un placer. Pero desayunar no es tomar un café rápido y media galleta mientras uno busca las llaves del coche y sale a toda prisa de casa para llegar a tiempo al colegio de los niños y a la oficina. Y es que la comida más importante del día debe hacerse de manera calmada, tomándose uno su tiempo y con los ingredientes y alimentos que son esenciales para aportar esa energía que se necesita para afrontar el resto del día.
Pero lo cierto es que la pereza, el madrugón o las prisas hacen que entre semana en ocasiones no se preste demasiada atención al desayuno. Por eso, si uno tiene tiempo (por ejemplo, los fines de semana) merece la pena darse un homenaje en algunos de los mejores establecimientos de Barcelona, donde esto de desayunar es todo un ritual de colores, olores y sabores.
La importancia de un buen desayuno
Un desayuno completo y equilibrado es esencial para encarar el día de manera más enérgica y evitar, así, los bajones de azúcar que nos hacen picar (normalmente alimentos que son poco saludables) entre horas. Lo ideal es que este momento del día cubra el 20% de las necesidades energéticas diarias y a ser posible que se consuma a más tardar dos horas después de haberse despertado.
De esta manera se aprovecharán mejor los beneficios de esta primera comida del día: una mejora del estado nutricional si, sobre todo, se opta por alimentos menos grasos y más ricos en fibra, vitaminas y minerales; control del peso al repartir las calorías en cuatro o cinco comidas y evitar picar entre horas; y un mejor rendimiento tanto físico como intelectual.