En los últimos años, la calidad nutricional de los productos sin gluten ha mejorado, ya que contienen menos aceite y grasa de palma y también han reducido la cantidad de sal. De esta forma, este tipo de alimentos aptos para celíacos tienen un perfil nutricional comparable a los productos con gluten equivalentes, tal y como ha demostrado un estudio realizado por el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe de Valencia.
Este estudio ha analizado 890 productos sin gluten y 600 productos similares con gluten de diversas marcas en el que se comparan sus nutrientes (hidratos de carbono, azúcares, grasas, tipo de grasas, proteínas, fibra y sal) e ingredientes. Uno de los descubrimientos realizados fue que los panes sin gluten, que en estudios anteriores presentaban hasta tres veces menos proteínas y por el contrario, más lípidos y grasas saturadas que sus equivalentes con gluten, han sido reformulados y en la actualidad presentan valores similares.
Margen de mejora
Otro caso destacable es el de los rebozados, donde los productos sin gluten llegan a presentar incluso un mejor perfil nutricional que los productos convencionales al aportar menor cantidad de azúcar y menor contenido en lípidos totales.
En categorías como la pasta, los sustitutos del pan y las galletas, aunque el producto sin gluten presenta menos azúcar y lípidos puede también presentar menos fibra y proteínas. “Tanto en los productos con como en los sin gluten existe una escasez de harinas integrales, por lo que aún queda margen de mejora”, señaló Paula Crespo, dietista-nutricionista y coordinadora de la investigación bajo la supervisión de la doctora Carmen Ribes Koninckx.
Más harinas integrales y menos azúcares
Los investigadores han ofrecido recomendaciones para el futuro, como utilizar fuentes de grasa de más calidad y emplear aceite de oliva en sustitución de aceites refinados. También aumentar el uso de harinas integrales para incrementar el contenido final de fibra y reducir el uso de azúcares añadidos, principalmente jarabes. Aunque para la implantación de estas recomendaciones hay que tener en cuenta la dificultad de la elaboración de los productos sin gluten.
Así, los responsables de este estudio recuerdan que es fundamental ser consciente de que un producto sin gluten no puede considerarse homólogo a uno convencional al tener que añadir otra serie de ingredientes para intentar suplir la función de este conjunto de proteinas.