La perra policía Laika, que por su labor para detectar explosivos ha formado parte de momentos históricos como la coronación de Felipe VI, se jubila en la Serranía de Ronda (Málaga), donde ha sido acogida por el sacerdote Francisco de Paula, tras cumplir seis años de servicio en Madrid.
Laika ha formado parte durante un tiempo de la asociación Héroes de 4 Patas, una organización sin ánimo de lucro que persigue lograr una retirada digna a los perros de las Unidades Caninas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad.
Francisco de Paula, que ejerce de párroco en las iglesias malagueñas de Algatocín, Genalguacil, Jubrique y Benalauría, municipios ubicados en la Serranía de Ronda, conoció la asociación a través de las redes sociales y supo que Laika buscaba dueño para esta nueva etapa de su vida.
"No solo pensé en ella, sino también en su guía, porque delante de un héroe de cuatro patas hay un héroe de dos piernas, que es quien hace que estos perros sean increíbles", ha dicho a Efe el párroco.
Baja por enfermedad
En lo que respecta a 'Héroes de 4 Patas', De Paula ha destacado que lo que más le gustó fue "la seriedad", ya que en el procedimiento a seguir "hay que rellenar un test para que conozcan al adoptante y que se ajuste al perro apropiado".
La jubilación de Laika de la Policía Nacional ha estado causada por una enfermedad, principio de Síndrome de Cauda Equina, lo que no le impide desarrollar una vida normal pero sí el trabajo que venía realizando.
Según ha señalado el párroco, "la enfermedad que le han detectado le ha producido un desplazamiento de la cadera, lo que le provoca una pequeña cojera que posiblemente irá incrementando con el paso del tiempo".