Laura Wallace compró un bolso en la cadena de supermercados estadounidense Walmart en Arizona, Estados Unidos. La mujer, satisfecha con su compra, no encontró ninguna irregularidad en su nuevo bolso hasta que al llegar a casa halló en el interior un mensaje en chino.
Ante la imposibilidad de traducirlo por sí sola, decidió pedir ayuda a unos amigos. El contenido de papel era una revelación del incumplimiento de los derechos humanos y los derechos laborales que se producían para fabricar ese bolso.
El anónimo describía su situación así: "Internos en la prisión Yingshan en Guangxi, China, están trabajando 14 horas diarias sin descanso en la tarde, continúan trabajando horas extras hasta la medianoche, y quien no termine ese trabajo será golpeado". Y proseguía: "Las comidas no tienen aceite ni sal. Cada mes, el jefe paga al interno 2.000 yuanes. Si los internos están enfermos y necesitan medicina, el coste será deducido de su salario. La prisión en China no es como la prisión en América".
Ante la incredulidad de Laura, ella y sus amigos decidieron acudir a traductores chinos que solo pudieron confirmar la correcta traducción de la nota. De momento, se desconoce si la nota es real y proviene de dicha prisión, aunque el mensaje ha vuelto a reavivar la polémica sobre la explotación de trabajadores para las grandes multinacionales. Walmart, por su parte, todavía no se ha pronunciado al respecto.