La crisis de los semiconductores dejó en una posición de absoluta debilidad a Europa, que no tiene capacidad para producir microchips avanzados con sus propios recursos. Depende de países como China y Estados Unidos, que tienen la superioridad en determinadas tecnologías, dejando al Viejo Continente en una posición de extrema vulnerabilidad.
A pesar de que esta situación todavía no se ha corregido, el fin del desabastecimiento de microchips y las nuevas estrategias de las multinacionales para blindar sus cadenas de suministros han fortalecido, al menos, la capacidad de las firmas europeas para actuar con soberanía o autonomía estratégica, sin depender excesivamente de un único proveedor. Lo contrario es asumir un riesgo elevado, como demostró la pandemia con las mascarillas chinas o la guerra de Ucrania con el gas ruso.
"Hemos pasado a la sobreoferta"
"Para nuestro sector ya no hay ningún problema de suministro, eso se terminó a finales del año 2022", subraya Eva Rudin, vicepresidenta de Soluciones de Conectividad Móvil de Thales. De hecho, la ejecutiva de esta multinacional francesa, que desarrolla sistemas electrónicos para sectores como la aeronáutica o la defensa, asegura que "hemos pasado a la sobreoferta".
"Hay demasiadas piezas", reconoce Rudin, que atribuye este hecho al excesivo acopio que hicieron muchas organizaciones: "Todas las empresas habíamos hecho un poco más de stock de lo que hacía falta para protegernos", señala.
Proveedores en todo el mundo
"Cuando dejó de haber problemas, descubrimos que había bastante stock en todos lados. Hemos tenido una fase de ajuste durante todo el año", explica la directiva. Considera que "hay que retener la lección del Covid", es decir, que "no podemos ser demasiado dependientes de un país o un proveedor".
"Desde hace muchos años, nuestra estrategia ha sido tener varias fuentes de suministro en diferentes partes del mundo", detalla la representante de Thales, consciente de que hay que adaptar las operaciones a un "mundo bastante inestable".
Infiltrados y ciberdelincuentes
Otra cuestión que genera incertidumbre en el abastecimiento de las compañías es el creciente interés de bandas profesionalizadas de ciberdelincuencia que buscan vulnerabilidades más allá de la organización que tienen en la diana. Para Marc Rivero, investigador senior de seguridad de Kaspersky, "el tema de atacar la cadena de suministros siempre será un problema por cómo funciona el ecosistema" tecnológico.
"Si te hackean la cadena de suministros, tienes que tener medidas y mecanismos de prevención contra eso", alerta el especialista en ciberseguridad, que afirma que "constantemente" se sufren "intentos de ataques y de hacking". Hasta el punto "de poner a un cibercriminal en el equipo de desarrollo para poder poner puertas traseras en el producto". Según Rivero, la aparición de métodos cada vez más sofisticados, incluso con infiltrados, "está a la orden del día".