Cada vez son más pequeños los que se vuelven adictos a las pantallas. Algo que podría tener consecuencias para los niños, según los expertos. El uso del móvil es frecuente en todos los ámbitos, pero es muy habitual en las horas de las comidas. En este sentido, los especialistas avisan: comer con el teléfono delante puede hacer que los menores pierdan hasta cuatro puntos de coeficiente intelectual.
Así lo dijo el doctor en neurociencia, Michel Desmugret, en el reportaje emitido esta semana en el programa 30 Minuts de TV3, donde avisa de que la pérdida de coeficiente intelectual puede ser todavía más elevado a lo largo del día.
El uso del móvil en clase
Pero no es el único ámbito donde el uso de los dispositivos ha propiciado un debate. También en clase su uso comienza a repercutir en su aprendizaje, tal y como constata un experimento que se hizo en la Universidad d’Alberta (Canadá) y que explica el documental.
Un grupo de alumnos asistió a una clase de 45 minutos sobre meteorología con un ordenador para coger apuntes. Algunos de ellos tenían la orden de realizar, de vez en cuando, búsquedas en Google que no tuviesen nada que ver con la clase, mientras que otros tenían que estar concentrados y cogiendo apuntes durante toda la clase.
En el examen posterior, se comprobó que los que no habían prestado atención respondían correctamente el 55% de las preguntas, una cifra que ascendía al 66% en los que habían estado pendientes.
Pero el uso del móvil puede tener otras consecuencias. Y es que, tal y como explicó Crónica Global, las tecnologías, usadas de forma incorrecta, acarrean una serie de problemas tanto en la autoimagen de los jóvenes como en sus habilidades sociales. Por eso, cada vez son más los colegios que deciden liberarse de este aparato.