Telefónica e IBM defienden una inteligencia artificial con controles éticos y de transparencia

Telefónica e IBM han defendido este martes la necesidad de imponer controles éticos y de transparencia para garantizar un desarrollo exitoso de la inteligencia artificial. En un acto titulado AI Ethics: Debate celebrado en el Mobile World Congress de Barcelona, ambas compañías tecnológicas han abordado además el reto de corregir los sesgos que pueden presentar los algoritmos, como por ejemplo a nivel de discriminación étnica.

Sheetal Rishi, directora de Inteligencia Artificial y Nube de IBM, ha destacado que “resolver los sesgos es un deporte de equipo” en el que se entrelazan tecnología y cultura y ha puesto el ejemplo de Watson Openscale, un proyecto de su empresa que “permite ofrecer transparencia, que es importante éticamente”.

Eliminar todos los sesgos

Rishi también ha hablado de la necesidad de “eliminar cualquier tipo de sesgo en el aprendizaje autónomo” y de apostar por una “gobernanza de la inteligencia artificial” que regule “los nuevos riesgos que vendrán junto con la IA”. “Asegurarnos de que su desarrollo está alineado con nuestra cultura es fundamental para su éxito”.

Francisco José Montalvo Albiol, director de Datos de Telefónica, ha subrayado que “las nuevas generaciones están más preparadas para enfrentarse a estos desafíos”, ya que “tienen valores muy fuertes sobre diversidad, ecología y no tener ningún tipo de prejuicio en aquello que hacen”.

Control de datos

Montalvo Albiol ha destacado asimismo la importancia de la ética a la hora de tratar datos y para garantizar la privacidad. En ese sentido, ha explicado que su compañía trabaja en preparar perfiles de los consumidores para que puedan revisar que datos tiene la empresa y revocar su consentimiento en cualquier momento.

En ese sentido, ha lamentado que “mucha gente no sabe lo que es la privacidad” ni el impacto que puede tener en la vida real compartir la vida digital. Por ello, ha señalado que Telefónica ha creado un centro de transparencia para cumplir con la “responsabilidad educativa” y que los consumidores puedan controlar sus datos.