La primera máquina de café con un sistema de seguimiento de ojos, presentada en el Mobile World Congress de Barcelona, ha atraído en las primeras jornadas del evento miradas curiosas y colas de asistentes interesados en probar la novedosa tecnología. El dispositivo sirve las bebidas sin necesidad de hablar ni tocar ningún botón.
Basta con mirar a lo que se asemeja bastante a una pantalla táctil cualquiera, pero equipada con una cámara con eye-tracking. Tras una breve calibración, el sistema es capaz de detectar hacia donde mira el usuario, haciendo posible que seleccione qué quiere --un café solo, un cortado o cualquiera de las opciones disponibles en la máquina-- simplemente con observar fijamente la elección deseada.
El Covid impulsa el ‘touchless’
Este mecanismo, expuesto en el stand de Irisbond en el evento internacional, ha sido desarrollado por la compañía española, especializada en eye-tracking, conjuntamente con el Grupo Azkoyen, multinacional navarra que se dedica a las máquinas expendedoras y las cafeteras automáticas.
Según explica Eduardo Jauregui, director de Irisbond, “la idea sale hace ocho años de la mano de un centro tecnológico especialista en visión artificial”. La tecnología que se creó entonces para controlar dispositivos con la mirada permite por ejemplo “dar voz a personas con discapacidad que no pueden comunicarse de manera autónoma”, aunque ha encontrado nuevos horizontes en los últimos meses: “En esta etapa de pandemia, la gente está concienciada a no tocar”, apunta Jauregui.
Integrable en otros dispositivos
El director de la firma tecnológica destaca que una de las ventajas de su solución de eye-tracking es que se puede “integrar con dispositivos de terceros”. “En este acuerdo con Azkoyen, hemos integrado nuestro software en la máquina de café de manera que podemos sacar un café con los ojos, como estamos demostrando en el Mobile”, detalla.
“El potencial que hemos visto es que podemos integrar nuestra tecnología en cualquier aplicación”, subraya el emprendedor. Y es que Jauregui tiene claro que “hoy es una máquina de café, pero mañana podría ser un cajero automático, un ascensor o cualquier cosa”.