La aplicación de mensajería WhatsApp ha cambiado la forma de entender la comunicación. Para algunos ha permitido una fluidez en los intercambios nunca antes vista, y para otros, ha acabado con la comunicación oral por vía telefónica. Sea como sea, la app ha dicho basta: Todos los que utilicen aplicaciones de terceros que alteren los procedimientos de WhatsApp, perderán su cuenta, de momento, tan solo de forma temporal. Si reinciden, podrían ser vetados de forma indefinida.
WhatsApp es una aplicación de uso sencillo, que con sus actualizaciones incorpora mejoras o innovaciones para enriquecer su interface, pero sin ostentosidad. Es por esta razón que muchos creadores de apps tomaron la iniciativa de rediseñar ellos WhatsApp, para abrir la puerta a nuevos colores o otros tipos de letras, entre otros elementos. Entre las apps a las que WhatsApp ha marcado en rojo están WhatsApp Plus, GB WhatsApp.
Privacidad en peligro
Los desarrolladores de la herramienta comunicativa han detectado que este tipo de mejoras hacen peligrar la información de los usuarios, actualmente tan regulada a partir de directivas europeas y leyes más allá del atlántico. El creador de Facebook, Marc Zuckerberg, que también es el propietario de Facebook, tuvo que sentarse ante el Congreso de los Estados Unidos por el uso indebido de datos de 87 millones de ciudadano de la red social.
La filtración de estas informaciones habría contribuido a la campaña a favor del Brexit y también para aupar a Donald Trump a la Casa Blanca en 2016, que por medio de la segmentación de usuarios pudo dirigir campañas especificas a cada perfil de votante potencial del Partido Republicano.
Queda escrito
Más allá de este hecho, muy importante por su incidencia en el clima de opinión de un país, WhatsApp considera que los usuarios que usan otras aplicaciones para alterarla infringen las condiciones de uso que todos firman, muchas veces sin leerlas, cuando se la descargan. Éstas establecen un contrato de obligado cumplimiento para ambas partes. Los usuarios no tienen forma de auditar la labor WhatsApp, pero ella si de cotejar el uso que hacen los conversadores.
En este sentido, en la última actualización se ha introducido una nueva cláusula que regula las apps de personalización, de forma que, si algún usuario lo vulnera, no tendrá justificación, porque habrá confirmado que acepta la política de la compañía previamente. Por tanto, WhatsApp tiene vía libre para aplicar su “régimen sancionador”.