Para alguien que se siente atado a una silla de ruedas para el resto de su vida, poder levantarse y andar, aunque sea con la ayuda de un andador o unas muletas, es un sueño hecho realidad. Y eso justo es lo que permite el exoesqueleto de Able Human Motion.
Esta startup catalana, creada a finales de 2018, cuenta ya con un equipo de más de 10 personas y ha creado, en total, cinco prototipos de este dispositivo que ayuda a la gente a andar. Con tan solo medio año de vida, la compañía fundada por Josep María Font, Alfons Carnicero y Alex García consiguió cerrar su primera ronda de inversión por valor de 700.000 euros. De hecho, desde su creación, la firma ha conseguido más de dos millones de euros, entre capital privado y ayudas públicas.
Una experiencia personal
“Mi padre ha sufrido dos ictus y como consecuencia de ello perdió durante unos meses la movilidad. No podía hablar, ni escribir y tampoco caminar. Por ello, en parte, decidí unirme al proyecto de Able Human Motion”, explica Carnicero a Crónica Global.
El exoesqueleto de Able Human Motion se coloca en las piernas de las personas que no pueden andar y no sólo permite que se mantengan en pie, sino que les ayuda a moverse y desplazarse. “Ofrece a la persona una mayor autonomía e independencia”, detalla Carnicero.
Motores y sensores
Los motores que incluye este dispositivo “hacen de músculo” y gracias a los sensores que lleva incorporados es posible detectar la intención del usuario y saber cuándo quiere moverse. “Los usuarios se lo pueden colocar ellos mismos sin necesidad de ayuda externa. Además, en algunas personas hemos realizado sesiones de hasta cuatro horas andando con el exoesqueleto”, subraya uno de los fundadores de Able Human Motion. El producto definitivo que ha creado esta compañía, tras pulir los anteriores prototipos, se probará a partir de octubre con una treintena de personas repartidas entre el Hospital Heidelberg de Alemania y en el Institut Guttmann de Barcelona.
“La última versión se ajusta a todo tipo de paciente y es modular, pudiéndose separar en cinco módulos para transportarlo más fácilmente. Asimismo, funciona con una app móvil para que el médico pueda ver y comprobar la evolución de cada usuario”, matiza Carnicero. La base tecnológica de este exoesqueleto es, principalmente, la robótica, pero también cuenta con componentes de machine learning para que el dispositivo se ajuste mejor al modo de caminar de cada persona.
Menos coste y más ligereza
“Lo que pretendemos también con nuestro aparato es bajar el coste de este tipo de soluciones, así como su peso para que se ajuste a unos nueve o diez kilos. Nuestra idea es que el precio final quede por debajo de los 50.000 euros, una cifra que supone la mitad o la tercera parte de lo que cuestan otros dispositivos que hay en el mercado”, asegura Carnicero.
Una vez que esta startup certifique que su solución es segura y eficaz, el siguiente paso será comercializar y ver este exoesqueleto en varios hospitales a finales de 2021 o principios de 2022. “Algunos hospitales en España, Europa y Estados Unidos ya han mostrado su interés”, explica la compañía.
Nueva ronda de financiación de cinco millones
Able Human Motion no quiere limitar el acceso de su producto a los centros y hospitales, sino que también pretende, algún día, que llegue a todos los particulares y usuarios que lo necesiten con un coste todavía más ajustado y asequible.
Para cumplir con esos objetivos, sin embargo, la compañía necesita más fondos. Por ello, esta startup arrancará una nueva ronda de financiación en septiembre con la que pretende alcanzar los cinco millones de euros. “El Covid-19 ha frenado muchas inversiones y, por ese motivo, no hemos intentado levantar este capital antes. Pero, ahora, el sector sanitario ha sido uno de los que ha salido más reforzados. De hecho, algunos inversores que entraron en la primera ronda quieren volver a apostar por nosotros”, concluye Carnicero.