Marido de Laura y padre de dos hijos. Le gusta practicar deporte unos tres días a la semana. Su película favorita es El Padrino y ya no sabe vivir sin su iPad. Le queda pendiente visitar Tokio y uno de sus enclaves preferidos es Formentera. Así es Miguel Vicente, el presidente de Barcelona Tech City y cofundador de Antai Venture Builder. Tal vez esos detalles no son tan conocidos sobre él, como el hecho de que tras años trabajando como director general en una multinacional decidió montar su propia compañía, y no se equivocó en su decisión.
-- Pregunta: ¿Cómo llegó a lanzar LetsBonus y qué ofertas obtuvo por la compañía antes de que la vendiese a la firma norteamericana Living Social?
-- Respuesta: Antes de lanzar LetsBonus estuve cuatro o cinco años ahorrando con la idea de montar, algún día, mi empresa. Vi lo que se estaba haciendo en Estados Unidos, que en ese momento era Groupon, y pensé que esa idea de venta de tickets podría funcionar en España. Pero fue una experiencia muy corta. En dos años, pasamos de 0 a 9 millones de clientes y sufrimos un crecimiento tremendo. De hecho, el primer año de vida de LetsBonus ya recibí la primera oferta para vender la compañía y fue de la propia Groupon, aunque nunca lo he contado antes. En ese momento pensé que era muy pronto y seguimos un año más. Después, llegó la oferta de Living Social y el espacio estaba tan caliente, con otros players ya saliendo a Bolsa y entrando en el sector, que decidí venderla.
-- Una vez vendida LetsBonus, ¿cuál fue el siguiente paso?
Pensé que lo que realmente me gustaba era montar start-ups desde cero y verlas crecer. Así decidí montar Antai, una fábrica de empresas. Se sumó al proyecto Gerard Olivé, con el que ya había trabajado. De eso ahora ya hace ocho años y tenemos más de 20 compañías en el porfolio. Creamos tres compañías al año de sectores muy diversos y de la mano de emprendedores.
-- Entonces ¿cuándo surgió la idea de Barcelona Tech City y por qué?
--Tras vender LetsBonus me hice también la reflexión de que el ecosistema en Barcelona era muy potente, pero faltaba capacidad de promoción y creérnoslo de verdad. Juntamos todas las piezas del ecosistema y de ahí salió la idea de crear una asociación. Fichamos a Miquel Martí, el CEO actual, y nos pusimos a trabajar. Es una organización independiente políticamente, privada y cuyos dueños son los emprendedores de la ciudad. Pero los principios no fueron tan fáciles. Tuve que financiar a nivel personal la asociación hasta que vinieron los primeros partners. Ahora, sin embargo, somos 1.000 asociados y tenemos más de 70 partners que la apoyan. La organización se financia a través de las cuotas que pagan los emprendedores de la asociación, que van desde los 50 a los 300 euros, y las aportaciones de los partners.
-- Barcelona Tech City se instaló en 2016 en el Pier01, un fantástico espacio en Palau de Mar, La Barcelona, que reúne en sus casi 11.000 metros cuadrados a un centenar de empresas y start-ups, así como a más de 1.000 profesionales. De hecho, Forbes lo ha situado entre los cinco hubs más innovadores del mundo. Pero ¿qué otros espacios tiene Barcelona Tech City y cuáles son sus planes de expansión para 2020?
-- El gran proyecto de Barcelona Tech City es crear un campus urbano. Primero abrimos el Pier01, aquí en el puerto, y después, el Pier03, localizado en el edificio Els Porxos d’en Xifré, a pocos minutos del Pier01, con 6.000 metros cuadrados y más especializado en temas de blockchain. Le siguió el Canódromo, un espacio de unos 2.000 metros cuadrados especializado en videojuegos y, por último, el Palauet Living Barcelona, un antiguo palacio modernista ubicado en Paseo de Gràcia, que es un lugar de encuentro para este ecosistema. Y estamos trabajando para ver si el año que viene somos capaces de abrir dos espacios más, aunque todavía no tenemos claras las ubicaciones ni en qué estarán especializados. La idea es poder abarcar unas diez temáticas con todos los espacios de este campus urbano: blockchain, videojuegos, fintech, insurtech, intech, ecommerce, marketing/publicicad, ciencias de la vida, desarrollo de inteligencia artificial y edutech. En este último campo, contaremos con la colaboración y el impulso de Esade, un partner de Barcelona Tech City desde ya hace tiempo”.
--¿Y qué ha pasado con el Pier02? ¿Por qué se ha pasado del Pier 01 al Pier03?
--Cuando creamos el Pier03 se decidió saltarse el Pier02 porque, en algún momento, soñamos con que el número dos se ubicase en el Museo de Historia de Cataluña, pero no hay ningún plan concreto al respecto. Es más bien un sueño o un deseo nuestro.
-- Entre las cuatro instalaciones con las que ya cuenta Barcelona Tech City, ¿cuánta gente hay ya trabajando en este ecosistema?
-- Hay 50.000 personas trabajando en el ecosistema tecnológico en Barcelona. De hecho, Barcelona Tech City está en su mejor momento. La ciudad de Barcelona ha sido siempre de pymes y exportadora. Ahora, con la nueva revolución tecnológica, a las pymes las llamamos start-ups y a los empresarios, emprendedores. Hace 10 años no estábamos en el mapa de los principales fondos de capital riesgo, pero ahora sí. Como objetivos para el año próximo destacaría profundizar en el proyecto del campus; impulsar la internacionalización con una red de embajadores que nos ayuden a promover Barcelona como centro de innovación; y seguir profundizando en la incorporación de más fondos internacionales a la asociación.
-- ¿Y qué esperan los emprendedores del nuevo Gobierno que podría liderar Sánchez?
-- Otro de nuestros objetivos es trabajar con las administraciones con el fin de que se desarrolle una nueva ley de emprendimiento en la que se tomen en cuenta las cosas importantes para el ecosistema. Hemos colaborado con el secretario de Estado y hemos participado con otras organizaciones para aportar el mejor feedback para esta ley que debería de recoger, entre otras cosas, la concesión más rápida de visados para la captación de talento, planes de inversión para los business angels, adecuar los impuestos a la situación del sector y más profundidad en programas como los del ICO o los del ICF. Todo esto definirá lo que será la economía de España dentro de 30 años.