¿Te pondrías un chip en el cuerpo si eso significase no llevar siempre tu móvil encima? Uno de cada cuatro catalanes dice que sí.
Según un informe que ha elaborado Línea Directa, el 24% de los catalanes estaría dispuesto a convertirse en cíborg, es decir, no le importaría implantarse un chip en el cuerpo que sustituyese el smartphone y sus funciones.
Conectados todo el día
Además, entre las características preferidas por los catalanes para implantárselas en el cuerpo destacan: el almacenamiento de datos --un 49%--; poder tener una cámara integrada --35%--; y contar con un GPS incorporado --28%--. Pero no todo son ventajas a la hora de llevar un un chip en el cuerpo. En opinión de los catalanes, el principal inconveniente tiene que ver con los posibles problemas de salud derivados de meterse un cuerpo extraño en el organismo, seguido de que terceros puedan acceder a nuestra información personal y, por último, no poder desconectarse digitalmente.
Si comparamos las opiniones de los catalanes con las de otros ciudadanos españoles, los de La Rioja, Andalucía y Canarias son los más abiertos a convertirse en cíborgs. A la cola, se encontrarían los habitantes de Navarra, Asturias y Aragón, que no acaban de verlo con buenos ojos e incluso algunos lo tachan de “barbaridad”.