El ladrillo nunca baja fue casi un eslogan que se repitió hasta que estalló la burbuja inmobiliaria y causó una de las peores crisis económicas de los últimos años. Finalmente, el ladrillo bajó y ahora vuelve a ser un momento propicio para invertir en inmuebles antes de que los precios se recuperen del todo.
Para aprovechar esta coyuntura, un grupo de emprendedores ha impulsado la mayor plataforma de crowdfunding inmobiliario de España, llamada Housers. A partir de 50 euros se puede participar en el micromecenazgo de la vivienda que se prefiera. “Cada inversor recibe la parte proporcional del alquiler en función de la cantidad que haya invertido”, explica uno de sus promotores a Crónica Global.
Los dividendos repartidos se diferencian en dos etapas: la primera es el reparto del alquiler equivalente a la inversión de cada cliente; la segunda, es la venta del inmueble cuando haya alcanzado la revalorización objetivo fijada por Housers, cuyos dividendos también se reparten.
Explotación del inmueble
La start up se dedica a encontrar “oportunidades inmobiliarias” que publica en su web para que empiece la inversión participativa. En la actualidad gestionan 90 viviendas en España e Italia, cuentan con 46.000 usuarios y han ayudado a financiar 24 millones de euros.
Su próximo paso es abrir estos mercados no solo a los inversores locales, sino a los del norte de Europa: “En cuanto a producto, Portugal, España e Italia son los tres países mejor donde invertir, y en cuanto a inversores nos abriremos al resto del mundo para que todos puedan invertir en estos territorios”.
Una vez se adquiere una propiedad, la plataforma ayuda a crear una sociedad para explotar el inmueble a través del alquiler y cada inversor recibe la parte proporcional del precio del arrendamiento en función de la cantidad que haya invertido.
“Es un instrumento financiero más para recibir una rentabilidad a través de un producto tangible”, ilustran desde Housers.