Pasito a pasito. Desde México hacia el mundo. “Referee Pro tiene la misión y la visión de digitalizar el universo de los datos del deporte y facilitar su gestión a todos los niveles, pero partiendo del árbitro”. Quien habla es Luis Gutiérrez Fridman, un emprendedor que se alejó de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) para impulsar este proyecto, porque “no es fácil innovar desde dentro”.
La bombilla de Gutiérrez Fridman se iluminó en 2012. Por aquel entonces desarrollaba tareas de mercadotecnia en la FMF, hasta que cayó en la cuenta de que “la gestión da datos es compleja incluso a niveles FIFA –el ente rector del fútbol—”. Fue a raíz del Mundial sub-17 disputado unos meses antes en el país americano. Trabaja desde entonces bajo el lema “No más papel”.
Proceso ineficiente
Los avances tecnológicos también llegan a los árbitros [de fútbol, en este caso]. Espray para marcar las barreras, pinganillos para que el referí principal se comunique con los auxiliares, tecnología de línea de gol para evitar dianas fantasmas e incluso ayuda de la televisión para las acciones polémicas. Pero siguen anclados en el pasado en algo tan básico como la anotación de las incidencias en un trozo de papel. Es solo el inicio de un “proceso ineficiente” del manejo de datos para que lleguen al consumidor final.
En este campo trabaja Referee Pro. El objetivo de la iniciativa es digitalizar la tarea arbitral “en tiempo real y lo más rápido posible”. Tanto en el fútbol de élite como en el amateur, menos habituado a las innovaciones tecnológicas. “Los colegiados gastan o invierten tiempo en hacer esta gestión (anotar las incidencias y rellenar el acta), más del que deberían”, apostilla Gutiérrez Fridman. Esta brecha digital deja en desventaja al deporte aficionado y a todos sus seguidores, incluidos medios de comunicación.
Así nació Referee Pro, un programa que ha dado algunos rodeos en este tiempo hasta que ha encontrado la senda correcta.
‘Smartwatches’ y teléfonos de doble pantalla
La puesta de largo llegó pocos meses después de la idea, nada menos que en la final de la Liga de Fútbol Indoor de México 2012, entre América y Tecos, televisada en el país y otras regiones de América Latina. Sin apenas tiempo, los impulsores echaron mano de la tecnología existente: un teléfono inteligente con la app integrada. Cada anotación arbitral, como el motivo de una amonestación, apareció sobreimpresa en televisión.
Lo más llamativo del debut fue, a pesar de que no era el hecho principal, la desaparición de las tarjetas de plástico. La pantalla del teléfono se pintaba de amarillo o rojo en función del castigo. Esta evolución fue desestimada en versiones posteriores, también tras probar con smartphones de doble pantalla para que la amonestación se viese desde todos los ángulos. Tampoco cuajó la introducción de relojes inteligentes en lugar del móvil por falta de mercado.
“El 94% de las solicitudes que recibimos son para dispositivos móviles Android; el 2 o 3% para iOS, y el 1 o 2% para smartwatches”, explica Gutiérrez Fridman.
Cada jugador recibe el acta digital
El paso por una aceleradora de start ups dio el impulso definitivo a la propuesta. Ahora, Referee Pro permite “llevar a cabo un partido en vivo, rellenar el acta y gestionar las actas”. El programa ofrece también estadísticas de rendimiento del árbitro y una mejora del sistema de news feed: “Enviamos por correo electrónico a los jugadores dos documentos (un .jpg, con lo más destacado del partido, y un .pdf, con el acta) que pueden compartir en redes sociales”.
La aplicación es prepago y dispone de paquetes de 50, 100, 500 y 1.000 partidos, crédito que va menguando cada vez que se rellena un acta. Hay más de 40 países interesados –ni siquiera el creador acierta a concretar— y la última versión cuenta con 32.000 jugadores registrados en la FMF. El emprendedor argumenta que “las barreras [de expansión] son los idiomas –hay versión en español, inglés e italiano— y los temas fiscales que hay que entender”. Hoy cobran en euros, dólares y pesos.
En el desarrollo trabajan árbitros FIFA e ingenieros, entre otros perfiles profesionales. El proyecto “es sólido”. La etapa actual se divide en el trabajo con tecnologías que están al alcance de todos para el fútbol aficionado, y los wearables y tecnologías punta (como sistemas de reconocimiento de voz) para llegar a la FIFA y a las grandes ligas.