“Encontrar un mercado para aquello que se quiera solucionar”. Este es el objetivo de Tetuan Valley, el primer programa de pre-aceleración que existe en España para todos aquellos emprendedores que quieren tener una orientación previa antes de probar suerte en este sector.
Camila Polensvaig es una de las responsables de este programa acelerado para que los proyectos emergentes puedan desarrollarse con éxito. Tetuan Valley cuenta ya con más de 350 alumnos y 64 start up activas. “Es un gran logro para una pre-aceleradora”, afirma.
A través de su StartUp School --que colabora con universidades y empresas-- imparten un curso intensivo de seis semanas en Madrid en el que “convierten las ideas de los equipos de trabajo en prototipos funcionales”. La escuela crece edición tras edición. Por ahora cuentan con 29 mentores para los más de 350 estudiantes.
También han llamado la atención de muchos inversores. La misma Silicon Valley, en California, colaboró con ellos para levantar financiación para las startups que tuvieran una buen proyecto para desarrollar.
Filosofía de vida
Detrás de esta comunidad o escuela hay una filosofía de vida. Tetuan Valley nació con la rubrica de un manifiesto en el que se afirma que que “los individuos por si solos pueden cambiar el curso de la historia”.
“Creemos en un mundo hiperconectado, donde las fronteras son solo líneas en un mapa en 2D. Pero, por encima de todo, creemos en el talento y las ideas de los emprendedores de todo el mundo como actores de cambio e innovación”, reza el documento.
Desde este pre-aceleradora ponen en valor el talento del individuo que, a su juicio, a menudo tiene que “luchar contra la sociedad para defender su propia visión”.
Vocación universal
Los requisitos para acceder están al alcance de la mayoría. Empezando por su precio, que es gratis. Desde la Startup School de Tetuan Valley solo exigen a sus estudiantes ser “ambiciosos” y no tener experiencia previa en el mundo de las start up. Eso sí, como no podía ser de otro modo debido a su vocación internacional, todos los cursos se imparten en inglés.
“Lo que es más importante es que los participantes tengan ganas de trabajar duro y aportar valor al programa”, aseguran.