En una sociedad cada vez más envejecida, se hace necesario un nuevo modelo de cuidado asistencial que no solo se base en un botón para pedir ayuda cuando un anciano está solo en casa y le ocurre un contratiempo. Con esta idea en mente se fundó hace casi dos años Sensovida, un proyecto liderado por tres jóvenes aragoneses que apostaron por poner las nuevas tecnologías --principalmente el Internet de las Cosas y el Big Data-- al alcance de la salud de los mayores.
“Teníamos claro que queríamos emprender en el mundo digital, que es en el que tenemos conocimientos, pero aportando un componente social”, afirma Fidel de la Hoya, el ingeniero informático y CEO de Sensovida, a Crónica Global. “Estuvimos viendo diversos sectores y el del cuidado asistencial nos pareció un sector en el que había mucho que hacer, ya que cada vez vivimos más y los servicios asistenciales son los mismos desde hace 25 años”, añade.
La novedad de Sensovida --que ha levantado 275.000 euros de financiación en total y ha logrado diversos premios como el que ofrece La Caixa en Aragón de Emprendedores XXI-- es que ofrece un sistema avanzado mediante sensores que es capaz de detectar situaciones de riesgo de forma automática, aunque el usuario no haya pulsado ningún botón.
Entre la teleasistencia y la residencia
En España hay en la actualidad 1,7 millones de ancianos que viven solos y todo apunta a que esta cifra se incrementará en los próximos 6 u 8 años, cuando comiencen a llegar a la edad de jubilación los 14,5 millones de españoles pertenecientes a la generación del baby-boom.
El sistema que ofrecen estos tres emprendedores es un servicio de “teleasistencia avanzado”, a medio camino entre la asistencia tradicional y la residencia. “Este sistema nos permite dar un cuidado más completo que los modelos tradicionales, llegando a un sector de la gente más amplio como, por ejemplo, los que sufren de alzheimer o enfermedades crónicas más discapacitantes, como la diabetes”, relata De la Hoya.
Ni invasivo ni reactivo
Asimismo, contribuye a la detección temprana de algunas enfermedades, ya que es capaz de identificar algunos síntomas como visitas continuadas al baño por la noche --nicturia-- y analizar tendencias en el tiempo. También dispone de una pulsera para comunicar con un centro de control las 24 horas, los 365 días del año. Todo ello por 29.90 euros al mes.
“Con un simple vistazo al móvil en tiempo real, los familiares pueden ver si todo va bien en casa”, asegura su fundador. Una de las ventajas del sistema es que, al basarse en sensores que se enchufan a la corriente, es transportable y se puede llevar a una casa de verano o donde haga falta.
Salvar vidas
De la Hoya explica que es común encontrarse con muchos ancianos que duermen en el sofá durante toda la noche sin que sus familiares tengan conocimiento de ello. La soledad de la gente mayor, un problema que preocupa socialmente, es una cuestión de la que se habla poco. A menudo, ni los propios familiares son conscientes de ello.
Desde Sensovida han vivido episodios en los que su tecnología ha sido de vital importancia para salvar vidas. Al detectar muy bien la inactividad --y no confundirse con la hora de la siesta, por ejemplo-- se dieron cuenta de que una anciana había caído en el suelo de la cocina sin moverse ni pedir ayuda durante un periodo de tiempo preocupante. “Gracias al sistema se detectó una inactividad inusual y se envío la ayuda pertinente”. El sistema de Sensovida colabora con los servicios de emergencia de la Seguridad Social y con los familiares.
Meta: 20.000 usuarios
Las previsiones de crecimiento son muy optimistas. Distintos inversores públicos y privados se han implicado en el proyecto y esperan llegar a los 20.000 usuarios en los próximos 4 años. Desde sus inicios en Zaragoza, ya han penetrado en ciudades como Madrid, Barcelona, Alicante o las Palmas.
La poca evolución de la teleasistencia en el transcurso de los últimos años, los precios prohibitivos de algunas residencias y el campo por explorar que ofrecen las nuevas tecnologías junto a los pronósticos de una sociedad cada vez más envejecida hacen factible que servicios como este se conviertan en una herramienta útil y extendida entre toda clase de familias.