Los horarios comerciales y las dificultades para incorporar las nuevas tecnologías a su negocio juegan en contra de las tiendas de barrio, y cada vez son más las que tienen problemas para sobrevivir frente a las grandes superficies. Para apoyar a los comerciantes de proximidad ha aparecido Manzaning, una aplicación que pone en contacto a clientes y tenderos.
“Es una forma de conservar la parte humana pero a la vez usar la tecnología”, explica la fundadora y directora ejecutiva, Eva Tomàs. La plataforma facilita hablar directamente a través de mensaje, correo electrónico o teléfono a los consumidores con los propietarios y trabajadores de los comercios de barrio. Así, pueden pedirles consejo, dudas sobre los productos o los servicios de la tienda e incluso comprar sin la necesidad de desplazarse hasta el establecimiento.
Compras a distancia
La comida forma solo una de las categorías que incluye Manzaning. Ferreterías, farmacias, tiendas de informática, librerías, tintorerías y floristerías son otros de los establecimientos que se han añadido a la iniciativa. La app no cuenta con un catálogo para cada uno, sino que es a través de este contacto con el tendero que los clientes pueden hacer su pedido.
La compra es uno de los usos más populares de la aplicación tanto entre los vendedores como entre los consumidores. “Muchas tiendas no tienen herramientas, capacidades ni recursos para vender por internet; y los clientes no tienen tiempo para acudir a los comercios de barrio en sus horarios de apertura”, asegura Tomás. Todas las entregas se realizan el mismo día, aunque si se solicita, se asegura el envío en menos de una hora.
Iniciativas de apoyo
Este fue el principal motivo que llevó a la fundadora a lanzar la aplicación el 11 de abril. Tras dos meses de funcionamiento y la primera ronda de financiación de 150.000 euros de inversores particulares, son 500 las tiendas que se han afiliado a Manzaning. La primera de ellas fue La Bona Fruita, situada cerca de la plaza Francesc Macià de Barcelona.
Susana Aranda es una de las vendedoras de la frutería y asegura que han notado un aumento de ventas desde que empezó a funcionar la app: “Los que compran a través de Manzaning y los que vienen a la tienda son distintos, así que hemos incorporado a nuevos clientes”.
Aunque el volumen de trabajo ha aumentado, ya que tienen que atender a las consultas que les llegan por medio de la aplicación, Aranda agradece este tipo de iniciativas. “Que gente joven se interese por el comercio de proximidad y nos ayude con una plataforma como Manzaning se valora mucho”, asegura.
Barcelona, Madrid, Europa
Todos los barrios del área metropolitana de Barcelona cuentan con establecimientos que usan Manzaning. Gràcia fue uno de los primeros donde estuvieron presentes. El próximo objetivo es Madrid, aunque todavía no hay fecha para la expansión; después de esto, las ciudades españolas medianas y grandes; y el último paso, dar el salto a Europa.
Las perspectivas para el futuro próximo son positivas; esperan llegar a los 10.000 pedidos al finalizar el primer año. Aun así, Tomàs prefiere ser prudente: “Tenemos muchas ganas de crecer, pero primero hay que consolidar los sitios donde ya estamos”.